Etiqueta: barcelona

  • La Jamancia: negociaciones, robos, fusilería, carne

    (Sábado).

    Hoy apesar de estar las autoridades en continuas contestaciones con el general Sanz, sobre las bases de la capitulacion apenas ha cesado el tiroteo en toda la línea.

    Esta mañana á las diez se ha presentado y dirigido á la ciudadela por la puerta principal, la comision compuesta de los cinco individuos que hemos citado mas arriba á Gn de acabar de arreglar los pactos de la transaccion. A las cuatro de la tarde ha regresado á Barcelona por la misma puerta; y al cabo de una hora se tocaba ya orden general por todos los cuerpos de la plaza, sin duda para enterarles de los capítulos que habian quedado sentados entre los comisionados y el general Sanz.

    Mas tarde se veian ya algunos grupos en la Rambla compuestos de anti-transaccionistas. Mucho se teme que aun esta vez no hagan ilusorio el convenio.

    La parte sana de la población deja ver la ansiedad que es facil de suponer.

    Esta mañana se ha descubierto que se habia robado de casa el señor Planas, que está al pié de la bajada del baluarte del Medio dia, todo cuanto habia en sus aposentos. Los factores de ese robo no pueden ser otros que los individuos que estan destacados en dicho fuerte, por no permitirse á los demas el paso hasta aquel punto.

    En la noche pasada se han cometido varios robos en distintas habitaciones cuyos dueños están ausentes por causa de las actuales circunstancias.

    A pesar de las negociaciones no por eso dejan de proseguirse con el mayor ardor los trabajos de las baterias en la línea del bloqueo.

    Anoche entraron en la plaza 110 carneros.

  • La Jamancia: capitulación cerca, tropas irregulares en contra

    (Domingo).

    La Rambla ha estado hoy muy concurrida pero nadie se atreve á espresarse francamente acerca de los asuntos que se debaten.

    Los cuerpos francos y partidas sueltas son los que mas decididos se muestran contra la capitulacion, que presenta el Constitucional de hoy como proyecto, y que no copiamos por ser la misma que quedó concertada entre el gobierno y la Junta y que se verá mas abajo. La Milicia está tambien dividida. Hoy con motivo de los dias de Isabel II, los fuertes han hecho las salvas de costumbre, sin bala.

    En Gracia circulaba impreso esta mañana el bando de bloqueo que ha espedido D. Juan Prim en Figueras, cuyo tenor es el siguiente: Véase la nota (1).

    Esta tarde ha vuelto la comision conciliadora al general Sanz rogándole se sirviese mejorar algunos artículos de la capitulacion, pero este se ha negado redondamente á ello y ha dirigido á la junta la comunicacion ó ultimatum que puede verse en la nota (2). En vista de eso se ha tocado orden general para noticiar á los cuerpos la resolucion del general en gefe. Ha poco rato han aparecido ya grupos, y á no ser por la compañia de nacionales de san Martin la Junta hubiera sido tal vez víctima del furor de los antí-transaccionistas. Atravesamos una crisis espantosa. Sin embargo ha triunfado el partido de transaccion y á las 10 de la noche han pasado á la ciudadela á firmar la capitulación que se copia en la nota (3), los señores Rius y Rosell, Vert, Montote, Prats, Costa, como comisionados de la plaza. Esta misma noche han ido á acogerse bajo el pabellon Griego, el Gobernador de la plaza y algunos vocales de la junta. En la misma han sido puestos en libertad D. Juan Castells, vocal que era de la Suprema y los Sres. D. Ildefonso Vargas, y don Vicente Cervelló, gefes de la compañia de salvaguardias.

    Con esta fecha el Excmo. Sr. Capitan general ha dirigido á los Barceloneses una proclama en alto grado consiliadora. Véase la nota (1).

    (1) Don Juan Prim, conde de Reus, etc.

    La innoble conducta del rebelde Ametller, que hollando los sagrados deberes contraíidos por sí y a nombre de los que capitanea, en la estipulacion que firmó el 8 del corriente para la entrega de las plazas de Gerona y Hostalrich, á la que segun el tenor de la misma debió seguirse la rendicion del castillo de Figueras con todas las fuerzas en ella reunidas; el saqueo y asesinatos cometidos por su gavilla en puntos indefensos y durante la tregua acordada entre ambos: el continuar aun dicho Ametller hostilizando, no ya al gobierno provisional de la Nacióon, sino á la Reina Doña Isabel II, declarada mayor de edad por el voto de los representantes españoles en la sesión del 8 del actual, le han colocado, asi como á los que siguen esa brutal revolucion tan terminantemente rechazada por todos los buenos, en la clase de foragidos, á quienes por bien del pais y honra de la Nación, cuyo nombre mancillan, es de rigurosa justicia tratar como á tales; por tanto mando.

    1.º Quedan declarados traidores por su crimen contra la Reina y el Estado, y foragidos por su pillage y asesinatos, cuantos hoy en dia se hallan en el fuerte de S. Fernando de Figueras, capitaneados por el cabecilla Ametller, sufriendo en cualquier época en que sean habidos las penas que la ley marca en tales casos, sea cual fuere la clase y condicion de los comprendidos.

    2.º Como despues de la declaracion anterior los que de cualquier modo los ausilien, apoyen ó tengan relacion con ellos, se hacen dignos de las mismas penas, se aplicarán estas irremisiblemente á los que contravinieren.

    3.° Tan luego como alguno ó algunos de los rebeldes, cualquiera qué sea su número y procedencia, se presenten en pueblo ó caserío, sus habitantes quedan obligados, á reunirse al toque de somaten para perseguirlos y esterminarlos, y asi no lo hiciesen quedarán sugelos los morosos á la pena que el articulo segundo marca para los ausiliadores y encubridores.

    4.° Establecida la linea del bloqueo al castillo de S. Fernando cuantos durante el dia se hallasen dentro del radio del tiro de cañon del mismo y en direccion á él serán fusilados, y los que durante la noche se hallasen á la misma distancia de dicha fortaleza ea cualquiera direccion que vayan sufrirán igual pena, á menos que en ambos casos se hallen los contraventores provistos del competente salvo-conducto firmado precisamente por mi ó del brigadier gefe de estado mayor de esta division.

    5.° Los espias de cualquier sexo, edad ó condicion serán fusilados.

    6.° La Milicia nacional de Figueras queda disuelta hasta que cesadas las actuales circunstancias pueda reorganizarse con arreglo á la ley, y tanto las armas de a misma como sus efectos y pertrechos de guerra, se entregarán en el preciso término de 24 horas al ayuntamiento de la misma villa, quien me será responsable de que el numero complete el de los estados de lo repartido, menos los que tengan en su poder los vándalos que se hallan en el castillo.

    7.° Las armas de fuego de todas clases que tengan en su poder los habitantes de Figueras se entregarán tambien al ayuntamiento de la villa, sie esclusion de ninguna especie y en el mismo término de 24 horas, qne se contarán en este caso y en el que marca el art. 6.°, desde la publicacion de este bando que se hará por pregon y fijará en los parages acostumbrados.

    En el Cuartel Divisionario de Figueras á 17 de noviembre de 1843.==?l general Conde de Reus.

    (2) Ejército de Cataluña. = E.M. = Son las cuatro de la tarde, y hasta esta hora esperé en vano la resolucion definitiva de esas corporaciones al convenio honroso que redacté en union y conformidad con los Sres. Comisionados que salieron ayer á las tres de la tarde de este recinto para terminar brevemente la situacion lamentable de la desgraciada Barcelona; pasó el día señalado de hoy en inaccion, y ya uo me queda nada que efectuar para salvar á esa poblacion de los rigores de la guerra. Ustedes como caballeros son testigos de la generosidad y patriotismo que he observado en las concesiones; y habiendo ya llenado los deberes del honor y de la filantropía, tengo que cumplir ahora con la sagrada obligacion que he contraido con mi patria y con mi Reina. En este concepto, si antes de las doce de la noche de hoy no queda confirmado y ratificado el convenio, romperé al amanecer las hostilidades contra la plaza, sin volver admitir hasta su total rendicion ninguna clase de convenio, estipulacion, ni parlamento; porque los que hacen armas contra su Reina, rebeldes y traidores son en todas las naciones del mundo, y no pueden capitular sino á discrecion. La España y la Europa toda sabrá la conducta observada por el Ejército y por los que sostienen la rebelion dentro de los muros de esa plaza: ella hará justicia, y las generaciones presentes y futuras llenarán de maldicion á los causantes de las desgracias. — Dios guarde á ustedes muchos años. — Laureano Sanz. — Sres. de la Junta de Barcelona.

    (3) El teniente general de los ejércitos nacionales don Laureano Sanz, capitan general del 2.° distrito militar y general en gefe del ejército de operaciones á nombre de S. M. Doña Isabel II Reina de las Españas, y en celebridad de su día en el primer año de su reinado, usando de las facultades que la misma le ha concedido en real órden de 11 del actual, y los señores D. Antonio Rius y Rosell, vocal secretario de la Junta de Barcelona, D. Tomás Vert, de la de Armamento y Defensa, D. Manuel Montoto, mayor de la Plaza, D. José Prats, 2.º comandante del escuadron de Húsares de la Milicia nacional y D. Ignacio Costa, capitan del 4.º batallon de la misma: debidamente autorizados por los comisionados de todos los puntos y corporaciones que se hallan dentro de la plaza, acuerdan el siguiente convenio.

    Artículo 1.° Como los defensores actuales de Barcelona reconocieron siempre á su Reina Constitucional, y siendo ya público que empezó á gobernar los destinos de la nación desde el dia 10 del corriente, escusado es decir, que su lealtad la obedece, respeta y acata.

    Art. 2.º La Milicia nacional conservará sus armas, teniendo cada individuo de ella la libertad de dejarlas si le acomoda, y toda sujeta á reorganización con arreglo á la ley.

    Art. 3.° No siendo necesaria la fuerza restante por la entrada de las tropas en la Capital, quedará disuelta y recibirá sus licencias para marcharse á donde mas les convenga.

    Art. 4.º Los empleados civiles y militares de toda clase y categoria que se hallan dentro de la plaza se acogen espontáneamente á la benignidad de su Reina, y seguros de la rectitud du sus actos recibirán desde luego los pasaportes que soliciten á fin de esperar la resolucion definitiva de S. M. previa recomendacion y súplica que le elevará en su favor el Excmo. Sr. Capitan general.

    Art. 5.° Serán respetadas las opiniones políticas y hechos de armas para sostener las que con mas ó menos desarrollo se hayan nanifestado desde el dia 1.° de septiembre último, pero quedará libre y desembarazada la accion de los tribunales ordinarios para satisfacer la vindicta pública en los delitos comunes.

    Art. 6.° Desde el momento en que quede terminado y ractificado este convenio, no se entablará procedimiento alguno ni se exijirá responsabilidad por causa de infidencia contra los que á él se acojieren. Si alguno se hubiera entablado contra los que se hallen dentro de los muros de Barcelona, se sobreseerá libremente.

    Art. 7.° Los prisioneros que en el dia se hallen en los depósitos quedarán bajo la proteccion de su Reina; una comision de M. N. pasará á Madrid á poner en manos de S. M. la peticion del Excmo. Sr. Capitan general en beneficio de los empleados civiles y militares y en solicitud de la libertad de sus compañeros de armas.

    Art. 8.º La misma comision impetrará de la benignidad de S. M. la libertad de los panados que por las circunstancias hayan ingresado en las filas; y mientras se reciba su resolución formarán un depósito en donde serán socorridos.

    Art. 9.° Será examinada la recaudacion y ocupacion de fondos y su distribucion con la debida escrupulosidad, para inquirir su legítima inversión; del mismo modo se examinaré la ocupacion y distribucion de metálico, géneros y efectos que se hayan hecho en la ciudad desde 1.° de setiembre, sin que pueda hacerse cargo á los individuos de la Junta por los que hubiesen invertido debidamente para el sostenimiento de la situacion creada desde la referida época. Los particulares y las corporaciones que tengan derecho á indemnizacion, serán resarcidos por los medios que señalará el gobierno con la Diputacion Provincial.

    Art. 10. La Diputacion Provincial y el Ayuntamiento serán renovados en su totalidad con arreglo á las leyes.

    Art. 11. Este convenio deberá ser admitido y ratificado brevemente para que en el dia de hoy en razon de su celebridad cese la situacion de Barcelona, entrando las tropas del Ejército en el dia de mañana á encargarse de los puntes de la plaza relevando á la Milicia nacional que los guarnece.

    Art. 12. Toda persona que hallándose actualmente dentro los muros de Barcelona desee marcharse al estrangero ó á otro cualquier punto de España, el Excmo. Sr. Capitan general le librará en el acto el correspondiente pasaporte. Si la persona que lo pidiese hubiese de rendir cuentas dejará los libros y documentos justificativos á otra persona encargada de rendirlas á su nombre.

    Art. 13. Todo el que despues de firmado y ratificado este convenio se opusiese directa ó indirectamente á su cumplimiento,
    alterase el órden público, no respetase la propiedad ó atentase á la seguridad personal, sea de la clase ó categoria que fuese, se declarará fuera de la ley, y entregado á los tribunales competentes.

    Art. 14. Las tropas del Ejército, no entran en Barcelona como hostiles: desean estrechar á sus hermanos; y despues de haber defendido a la Constitucion y su Reina juntos en la lucha de siete años, anhelan vivamente un olvido general de todo lo pasado.

    Barcelona diez y nueve de noviembre de mil ochocientos cuarenta y tres á las once de la noche Antonio Rius y Rosell, vocal secretario de la Junta Suprema.— Tomás Vert, de la de Armamento y Defensa.— Manuel Montoto, coronel mayor de plaza. —José Prats, segundo comandante del escuadron de Húsares.—D. Ignacio Costa, capitan del cuarto batallon de Milicia nacional.

    Ratifico y apruebo este convenio en el cuartel general de la Ciudadela de Barcelona á diez y nueve de noviembre de mil ochocientos cuarenta y tres á las once de la noche. — LAUREANO SANZ.

    (4) BARCELONESES.
    Un afio de continua agitacion, de trastornos y de calamidades, es una leccion severa para un pueblo, es el desengaño mas poderoso y convincente, de que su felicidad no depende del ensayo de mentidas utopias, con que la ambicion y la perfidia deslumbran a los incautos, y seducen á los que con sencilla buena fe dan crédito y presten apoyo á soñados proyectos, y alagueñas promesas de mejoras y ventura. Tiempo es ya, Barceloneses, de que la calma, la tranquilidad y la union se restablezcan entre vosotros. Tiempo es ya de que el sosiego vuelva á vuestros hogares. Mi mision es de paz; y resuelto estoy á llenarla cumplidamente. Entregaos á vuestros trabajos, laboriosos habitantes de la industriosa Barcelona: florezca el comercio, renazcan las artes, y anímese de nuevo la industria, próximas á sucumbir entre los estragos de la mas ímpia guerra. Solo así podrá reponerse esta hermosa población de las inmensas pérdidas que ha sufrido en las oscilaciones políticas. Dejad de prestaros á maliciosas sugestiones, y de alimentar falaces esperanzas. El tiempo y la esperiencia os han demostrado á cuanta costa se atrepella y precipita el orden de la marcha política. Sirvaos de desengaño y de escarmiento el cúmulo de
    males é infortunios que ha pesado sobre vosotros en esta última época, tristemente memorable.

    Nuestra idolatrada Reina acaba de recibir de la representacion nacional el glorioso cetro de cien Reyes con que sus inocentes manos deben regir á esta nacion tan desgraciada como magnánima. El trono de España va á recobrar su antiguo esplendor si reunidos en torno de él los españoles todos, todos contribuimos á sostenerle y apoyarle. Union Catalanes, y en vuestros valientes y generosos pechos se estrellarán todas las intrigas, que la codicia y la envidia estrangera ponen en juego para vuestra ruina. A vuestro frente me hallaréis siempre para combatirlas. ¡Dichoso yo si consigo, restablecer entre vosotros aquella unión, y la verdadera felicidad que solo hallaréis en el seno de vuestras familias, y el ejercicio de vuestras ocupaciones domésticas! A esto se limita mi ambicion, y á oir algun dia en boca de vuestros hijos un voto de bendicion á vuestro Capitan General.

    Barcelona 19 de noviembre de 1843.— Laureano Sanz.

  • La Jamancia: la Junta se rinde y el ejército vuelve a entrar

    (Lúnes)

    Hoy ha sido un dia muy bullicioso á la par que alegre para los pacíficos habitantes de esta ciudad desventurada.

    Esta mañana ha desaparecido ó ha sido puesto en libertad el vocal de la Junta D. José Masanet, en el acto de ser trasladado del palacio del general que le servia de cárcel. Segun parece ha habido inteligencia con el gefe que le conducia, pues se asegura que Masanet no alcanzó la libertad hasta haber entregado á aquel una libranza firmada por su mano, valor de 4000 reales.

    Esta misma mañana han sido despedidos de la casa moneda los operarios despues de haberles entregado sus correspondientes salarios.

    La Junta se ha despedido hoy de los habitantes de esta ciudad con la alocución que puede leerse en la nota (1 [no OCR]). Tambien el Ayuntamiento ha dirigido á sus representados una proclama concebida en estos términos. Véase la nota (2 [no OCR]). Pertenece ademas á la historia de este dia la proclama dirigida por el Capitan general á las tropas de su division (3 [no OCR])

    A medio dia ha entrado un regimiento procedente de la Ciudadela y ha relevado todos los puntos de la ciudad.

    El Excmo. Sr. Capitan General, usando de las facultades de que se halla revestido, ha nombrado con esta fecha un nuevo Ayuntamiento constitucional, compuesto de los sugetos que siguen:

    ALCALDES.
    D. José Bertran y Ros, Magistrado sin ejercicio por ahora y propietario.
    D. Baltasar de Eixalá, abogado.
    D. Luis Gonzaga Pons y Fuster, abogado.
    D. Buenaventura de Sans, hacendado.
    D. Tomás Coma, fabricante y propietario.
    D. Juan Nadal, herrero de la Barceloneta y propietario.

    REGIDORES.
    D. Rafael Maria de Duran, hacendado.
    D. Cayetano de Amat, baron de Maldá.
    D. Cayetano de Vilallonga, baron de Segur.
    D. Domingo Serra, fabricante y propietario.
    D. José Folgnera, confilero y propietario.
    D. Francisco Viñas, comerciante y propietario.
    D. Francisco Fradera, platero y propietario.
    D. Cayetano Lopez, médico, de Gracia.
    D. José Prat, comerciante.
    D. Buenaventura Vives, maestro alfarero y propietario.
    B. Francisco de Asis Soler, arquitecto.
    D. Juan Claros, hacendado.
    D. José Boix, carpintero, de Gracia.
    D. Joaquin Portell, farmacéutico.
    D. Rafael Pla y Carreras, alfarero y propietario.
    D. Antonio Martí, maestro de velas y propietario de la Barceloneta.
    D. Joaquin Ruira y Lacrea, abogado y propietario.
    D. Estevan Bosch , comerciante y propietario.
    D. Ginés Guasachs, labrador y propietario, de Gracia.
    D. Antonio Soqué, médico y propietario.
    D. Francisco Ribas, zapatero y propietario.
    D. Pedro Martir Colominas, panadero y propietario, de la Barceloneta.
    D. Jaime Comas, corredor y propietario.
    D. Narciso Fonolleras, abogado y hacendado.

    SINDICOS.
    D. Juan Agell, profesor de fisica y propietario.
    D. Juan Costa y Fuxench, abogado.
    D. Tomás Illa y Balaguer, fabricante.
    D. Francisco Esteve y Tomás, abogado y propietario.
    D. Ignacio Vieta, tendero de paños.

    A las dos y cuarto han salido de la misma Ciudadela el capitan general Sanz con su estado mayor y precedido de unos 100 hombres del Batallon de Zapadores. Entre los edecanes y á sus dos lados iban el vocal de la Junta D. Antonio Rius y Rosell, y el Alcalde primero Constitucional D. José Soler y Matas, cerrando la marcha como unos 2000 hombres de tropa. Ál salir de aquel fuerte para dirigirse á la muralla del mar, han tenido que detenerse interin estaban los zapadores construyendo un especie de puente de tablones sobre la cortadura que habian abierto los centralistas desde el Palacio hasta la esquina de la Aduana á fin de tener un camino cubierto para pasar al baluarte del mediodia.

    Cuando llegaron á la plaza del palacio tuvieron que detenerse otra vez por causa de las barricadas que habia en todas las bocas calles. Entonces el general ha mandado un edecan al comandante de zapadores mandándole que dividiese la fuerza en cuatro partes para destruir las barricadas que encontrasen al paso empezando todos juntos por la de la calle de la Espaderia por ser la mas fácil de derribar. En seguida se dirigieron por la calle de Baix, Encantes, plaza de S. Sebastian, Fusteria, calle Ancha, todo eso relevando las guardias donde las encontraban, y en llegando á la calle de S. Francisco de Asis subieron á la muralla de mar para dirigirse desde ella á la rambla. En esto entraba por la puerta de santa Madrona el general de division D. Ricardo Schelly con unos 3,000 hombres entre infanteria, Caballeria y Artilleria de carga, cuya fuerza unida á la que venia con el general se estendió por la rambla formada en masa, escepto la caballeria y Artilleria que formó á dos de fondo en batalla. Despues de esto y á poco rato ha ido llegando la Milicia nacional por batallones y con sus músicas y leones ó banderas correspondientes.

    Las dos compañias sueltas llamadas la una de Muns, y la otra del Noy Buxó fueron agregadas al 7.° y al 4.° Batalln de Milicia nacional, cuyos dos batallones colocaron al lado de sus gastadores los 16 trabucaires que tiene cada una de las dos citadas compañias. La fuerza de la milicia se ha colocado al lado de la tropa ocupando el trozo de Rambla que media desde la plaza de S. José hasta los estudios. Sobre las cuatro y media de la tarde ha pasado por delante de la fuerza armada el Capitan general acompañado de los citados Sres. Rius, Soler y Matas y del E.M., todos á pié habiendo sido saludado con unánimes aclamaciones de viva el general Sanz: este correspondia al saludo popular con el sombrero que llevaba en la mano y diciendo con afabilidad, nada de vivas á personas, señores: viva la unión, viva la Reina Doña Isabel II, y viva la Constitucion de 1837.

    Terminada esta especie de parada que se ha celebrado con la mayor tranquilidad, la Milicia nacional ha ido á depositar sus banderas en las casas consistoriales, retirándose en seguida los individuos á sus casas con su correspondiente uniforme, armamento y municiones.

    Un poco mas tarde se ha retirado tambien la tropa de la rambla á los cuarteles que les estaban designados, aposentándose algunos Batallones en las principales de la Milicia nacional.

    Esta noche ha quedado un reten de un Batallon de Infantería y unos 100 caballos en la rambla frente al teatro, desde donde han despedido patrullas para recorrer las calles de la ciudad.

    Sin embargo de que el general habia ordenado que no se permitiese la entrada del paisanage en la ciudad hasta al cabo de tres dias de ocupada esta, hoy ha dispuesto por medio de un bando (1 [no OCR]) que desde mañana á las dos de la tarde puedan entrar los emigrados y las tropas que forman la línea del bloqueo.

    Hoy se han remitido al cónsul de Grecia los pasaportes para los que creyéndose comprometidos, han querido pasar al estrangero. El capitan general ha espedido hoy un bando para los que deseen entregar las armas, lo verifiquen en el local de Atarazanas ó en el Colegio Episcopal. Véase en la nota (1 [no OCR]).

  • La Jamancia: empieza la reconstrucción

    El capitan general ha espedido hoy otro bando sobre la devolucion de los efectos de vestuario, equipo, y monturas pertenecientes al Ejército (1 [not OCRed]).

    Tambien ha publicado otro ordenando la presentacion en el fuerte de Atarazanas de los individuos de cuerpos francos, soldados y presidiarios que habian empuñado las armas en favor de la Junta Central (2 [not OCRed]).

    El Ayuntamiento Constitucional de cuya creacion hablamos en el diario de ayer, ha publicado tambien con esta fecha la alocucion que en la nota (3 [not OCRed]) se traslada, digna bajo todos conceptos de ser leida y conservada por las sabias máximas que en ella se consignan.

    Don Gregorio Villavicencio se ha despedido hoy dentro el buque se halla á bordo, de los nacionales de Barcelona con el siguiente escrito (4 [not OCRed]).

    Esta mañana he recorrido toda la línea de los centralistas empezando por el fuerte de san Pedro, y siguiendo por el paseo de S. Juan, calle del rech condal hasta la pescaderia y pasando en seguida á visitar el Jardin del general, lavadero nuevo, matadero, baluarte del medio dia, muralla nueva del mar, plaza de san Sebastian etc., y confieso que me han dejado atónito tanto las fuertes barricadas que hay en todo este espacio, como las muchas desgracias que se notan en los edificios del mismo.

    En primer lugar la casa mas próxima al peso de la leña, está medio arruinada. Las inmediatas, aunque no han sufrido tanto se ven acribilladas de balas y cascos de granada disparadas desde la ciudadela, y fuerte pio. De la pared que circunbala el mismo peso de la leña ha venido al suelo cuasi la mitad. La puerta nueva está intransitable. El Jardin del general ha sufrido tambien muchísimo y la mayor parte de los árboles del paseo que hay desde el pié del Jardin hasta el pié de la misma Ciudadela, están ó acribilladas de metralla ó derribados por el suelo. Tambien ha venido abajo el lavadero, parte de la pescaderia, y del matadero. Las casas inmediatas están echadas á perder.

    El baluarte del medio dia puede decirse que no ofrece mas que un monton de ruinas, y de los edificios que hay detras del mismo, el de Gorgas casi ha venido todo al suelo y los demás están muy mal parados particularmente en sus frontis. La casa X¡fré, la de la señora Martorell, y el frontis de la casa Lonja, que mira á la manzana de las casas del citado Xifré han sufrido descalabros de consideracion. Ademas de estas desgracias son infinitas las que han causado las granadas y demas proyectiles en el interior de los edificios en otros varios puntos de la poblacion.

    En cuanto a las baterias, barricadas y parapetos que ocupaban los centralistas, los principales son:

    En la muralla de tierra, frente al huerto de san Pedro habia una cortadura de unos veinte palmos de profundidad, y detrás de ella una bateria con dos obuses que miraban á la Ciudadela.

    Detras de la misma pared del peso de la leña habia otra pieza de artillería que no llegó á hacer fuego y que apuntaba tambien al mismo fuerte.

    Al pié de la muralla al lado de la puerta nueva se alzaba tambien una barricada hecha de vigas y precedida tambien de un foso de unos diez palmos de profundidad. La puerta nueva estaba defendida por dos piezas de grueso calibre y dos morteros, y desde ella hasta la calle del mismo nombre habia una zanja que servia de camino cubierto para pasar á dicha puerta sin ser ofendidos por los de la cindadela.

    Todas las calles que miran á la muralla de tierra y á la misma puerta estaban defendidas con barricadas hechas de vigas y piedras y precedidas todas de un profundo foso.

    En el molino de la sal ó sea el cuartel de caballeria de san Agustin se veia una barricada de piedras construida á modo de tambor y seguida de otra barricada. A la primera la precedia un foso y á la segunda le servia de tal la asequia del rech que descubrieron al intento.

    La boca calle de los asabonadors estaba tapada con otro tambor de piedras con foso. La mayor parte de las casas situadas en el mismo rech estaban todas tapiadas por la parte de adentro, en particular las puertas y ventanas que miran al paseo de san Juan. El puente llamado den Viromba ó del borne y todas las calles que desembocan en el paseo de san Juan estaban guarnecidas de tambores con fosos, detras de los cuales corria la asequia del rech condal descubierta y detras de ella se alzaban otras dos barricadas de piedra precedidas tambien de fosos. Todos estos parapetos y los que se enumerarán estaban guarnecidos de aspilleras. Todas las calles inmediatas á dichos puntos y la del rech condal están casi todas desempedradas.

    La entrada de la pescaderia por la parte de la Aduana está obstruida por una gran barricada de vigas y piedras de unos ocho palmos de grueso precedidas de un ancho foso. Lo mismo estaban las calles de detrás del matadero. Desde el ángulo del real palacio que mira á la Cindadela basta la calle por donde se entra al baluarte del mediodia, había una cortadura de unos diez ó doce palmos de profundidad por la cual se pasaba á dicho baluarte sin que los de la ciudadela pudiesen molestarles.

    La puerta del mar estaba también aparédada; y todas las calles que desembocan á la plaza de palacio y á los encantes están asi mismo obstruidas con fuertes barricadas precedidas todas de fosos.

    Al pié de la muralla del mar se veia una cortadura muy profunda que servia para pasar desde la plaza de san Sebastian á las casas de la manzana Xifré sin ser vistos ni molestados por los de Monjuí y la Ciudadela. A los estremos de esta cortadura formaron una bateria que es la que hemos llamado de san Sebastian, compuesta de piezas de artilleria de grueso calibre, y dos obuses mayores. En toda la calle Ancha no hay ninguna barricada. En la de Trenta claus hay dos: al extremo de esta
    calle al pié de la muralla de tierra habia un mortero y un obús. Tambien en la calle del conde del Asalto á unas 150 varas antes de llegar á la muralla hay un cañon de á ocho defendido por una barricada con un foso.

    A demas de las diferentes piezas de artilleria de todas clases y calibres que guarnecen la muralla, hay dentro de la plaza de la Constitución, dos obuses, dos cañones de á ocho, y cuatro morteros de los cuales el uno mira á la Ciudadela, otro a la Barceloneta, y los dos restantes á Gracia.

    Además de las barricadas y parapetos que acabamos de enumerar habia muchos otros esparcidos por la Ciudad; pero donde eran mas fuertes y numerosas era en el centro de la misma, en las calles de los Gigantes, bajada de S. Miguel, calle de la Ciudad, de la Esperanza, de Basea , de la Plateria, extremo de la Boria, Tapineria, de la Inquisicion, bajada de la Canonja, y escaleras de la Catedral.

    En estas arrancaron las baldosas que sirven de escalones y formaron con ellas una muralla con aspilleras en el llano de la misma Catedral. Además habia una fuerte barricada con foso en la plaza Nueva, otra en la calle de los Baños esquina á la bajada de Sta. Eulalia, otra en el Call, y otra en final extremo de la calle de Fernando 7.° al pie de las casas nuevas de la Enseñanza, á donde habia un obus que miraba á la Rambla. Entre todos los fuertes, baterías de la ciudad, y barricadas, tenian los Centralistas 47 cañones de diferentes calibres, 11 morteros, 11 obuses de á nueve, y 11 de á siete; Total 80 piezas de artillería.

    A las dos de la tarde, hora en que se ha permitido la entrada y salida por las puertas de la ciudad, conforme al bando de que hablamos ayer, el Capitan general ha dado orden á los cuerpos de artilleria para que pasasen inmediatamente á recoger
    dichas piezas.

    Siguen apostados en la plaza del Teatro un escuadron de caballería y algunas compañías de infantería.

    Esta tarde, usando del permiso concedido por el Capitan general, han salido al campo y llegado hasta Gracia, muchos nacionales con sus uniformes y sables, habiendo cometido algunos desmanes é insultado á los expatriados que regresaban á la
    ciudad. Esta noche les hemos oido cantar en algunos puntos la cancion de la Paella, habiéndose reunido muchos de ellos en la plaza del Rey, donde hay la principal del séptimo batallon, habiendo dado vivas á la Junta Central. A poco rato se ha presentado allí el mismo general Sanz, seguido de alguna fuerza de infantería y caballería, habiendo capturado unos 30 ó 40 que fueron conducidos á la mañana siguiente á la Ciudadela.

    Véase la órden de la plaza de este dia (1 [not OCRed]).

    La Diputacion provincial interina instalada en Gracia en cuatro de octubre, con el titulo de Junta de Armamento y Defensa, dirige á los habitantes de la Provincia una corta alocucion felicitándoles por la terminacion de la revolucion de la Capital (2 [not OCRed]).

  • La Jamancia: capitulación, regreso refugiados, huida líderes

    (Miércoles).

    Con motivo de las occurencias que tuvieron lugar ayer noche, á las ocho de la mañana se ha publicado, con todas las formalidades acostumbradas en semejantes casos, el bando del desarme de la Milicia Nacional (1 [not OCRed]).

    Las plazas y mercados empiezan á verse ya muy concurridos y provistos de todo; y si bien se notaba al principio alguna escasez de carne, se ha remediado esta con los carneros que han entrado esta misma mañana.

    Es estraordinaria la afluencia de emigrados y forasteros que llegan á esta ciudad, aquellos para restituirse á sus hogares despues de una espatriacion de cerca de tres meses, y los segundos para ver las barricadas y baterías formadas por los centralistas y los estragos causados en los edificios por las balas y granadas. Las calles están muy concurridas, y todos los semblantes respiran alegría y confianza de que no volverán á reproducirse las pasadas escenas. El bando de desarme de milicia es sin disputa lo que mas ha contribuido á infundir en los ánimos aquella confianza.

    Siguen aun los artilleros del tren retirando de las baterías y barricadas las piezas que las defendian y trasladándolas a la Ciudadela, y los zapadores derribando los parapetos y llenando en parte sus fosos para facilitar el paso por las calles que se hallaban obstruidas por aquellos, á los transeuntes y á la tropa.

    Tambien continua delante del Teatro el fuerte reten de que tienen noticia ya nuestros lectores.

    Esta tarde han salido para Portvendres en el vapor Fenicio los individuos que fueron de las Juntas Suprema y de armamento y defensa, y un gran número de los que se creían mas comprometidos, en especial gefes del ejército y de cuerpos francos.

    No podemos menos de trasladar la órden general del ejercito de este dia, puesto que por ella se dejan ver en parte las medidas tomados por el Capitan general para quo no vuelva á trastornarse el órden público. Véase la nota (2 [not OCRed]).

  • La recogida de armas ilegales tras la Jamancia en perspectiva británica

    The keen debates in the last session of Parliament about the registry of arms in Ireland, where fine and imprisonment was the only punishment proposed, make one a little curious as to how they manage these matters in other countries. Here is a Spanish arms-bill:—

    «Don Laureano Sanz, Captain-General of Catalonia, &c. The public tranquillity was threatened yesterday by armed groups of the national militia of this capital.

    «In the Plaza del Rey and the Barrio of Gracia, there were uttered vivas for the Central Junta, the seditious provoking the peacefully disposed, and singing alarming ballads at the risk of promoting scenes which must be avoided—to that end I ordain and command : 1. The National Militia of Barcelona shall give up its arms, accoutrements, ammunition, drums, and trumpets, within the period of six hours from the publication of this Bando, to the Commandant of Artillery in Atarazanas. 2. Any individual not complying with the foregoing requisition will be shot immediately. 3. Domiciliary visits for the purpose of search are hereby authorised; and any person in whose house a musket shall be discovered will be instantly shot, unless the owner of the weapon shall be discovered in the said house. But in case of his discovery the owner of the said weapon will be shot, and the occupying tenant of the said house shall pay a fine of 100Z. Catalan; but if he shall not have wherewithal to satisfy this demand, he shall be sentenced to six years’ imprisonment. 4. Penalties of proportional amount will be inflicted for the offence of concealing swords, pistols, bayonets, accoutrements, ammunition, drums, and trumpets. Barcelona, 22nd November, 1843.»

    This proclamation had the desired effect.

  • La Jamancia: vuelta de refugiados, destrucción de barricadas y baterías

    (Juéves).

    Las plazas y los mercados han amanecido ya provistos de todo lo necesario. Siguen entrando los emigrados, y se abren ya muchas tiendas y establecimientos.

    Los zapadores continuan destruyendo barricadas y facilitando el paso para los transeuntes.

    En la órden del ejército se manda que el principal quede establecido en el ex-convento de Trinitarios, á cuyo punto pasa la fuerza de infantería que estaba apostada en la plaza del Teatro, trasladándose la de caballería al ex-convento de Capuchinos. Tambien se dispone que sean desmontadas y destruidas las baterías del llano de Gracia y faldas de Monjuí.

    Ademas el Capitan General ha dirigido una alocucion á los Barceloneses, sincerándose en cierto modo de sus actos posteriores, encargando la union y el olvido, y asegurando que su ambición se reduce á afianzar la tranquilidad presente y futura de esta Provincia. Véase la nota (1 [not OCRed]).

  • La Jamancia: vuelve el obispo, mucha actividad

    Hoy parece un dia de feria: tanta es la concurrencia y animacion que por todas partes se nota.

    El cuerpo de artilleria sigue trasladando á la Ciudadela las piezas de artilleria y cureñas que habia en la ciudad y sus fuertes, como asi mismo muchímas carretadas de fusiles de los que presentan los ex-milicianos en Atarazanas.

    A las cuatro de esta tarde ha entrado en Barcelona el Exmo. é Ilmo. Sr. Obispo de esta diócesis con su acompañamiento, procedente de Víllafranca, donde ha permanecido todo el tiempo de la revolucion, le cogió ya fuera de esta ciudad mientras estaba haciendo la visita.

    Los Alcaldes constitucionales han publicado con esta fecha el siguiente bando (1 [not OCRed]).

  • La Jamancia: vuelta a la normalidad

    (Sábado).

    Nada ha ocurrido hoy digno de notarse, como no sea el haber cesado en su publicacion el Constitucional.

    Continuan entrando emigrados y efectos: la Ciudad va recobrando su estado normal.

  • La Jamancia: devolución bienes, liberación rebeldes

    (Domingo).

    Continuan los retenes en los mismos puntos que dejamos apuntados en otro lugar.

    Hoy á la 3 de la tarde han salido de Atarazanas cuatro carros cargados con las prensas, cajas y letra que embargaron los centralistas el dia 4 de setiembre de la redaccion del Imparcial, todo lo cual ha sido devuelto á sus dueños.

    Hoy al medio dia el Capitan general ha ido en persona á la Ciudadela y puesto en libertad á los nacionales que fueron presos en la noche del 21 en la plaza del Rey, exortándoles individualmente y al despedirles que en adelante solo cuidasen de su trabajo y no se metiesen en bromas.

    Tambien hoy ha vuelto á abrirse el teatro de santa Cruz despues dé haber estado cerrado mas de dos meses y medio. El Liceo está dando funciones hace ya dos dias.

    Hoy ha visto la luz pública el primer número del periódico el Artesano, cuyo prospecto se publicó á fines de Agosto último.

  • La Jamancia: prohibición de símbolos de la Junta, vuelta de refugiados

    (Lúnes).

    Con esta fecha ha publicado el Exmo. Sr. Capitan general un bando (1 [not OCRed]) prohibiendo el uso de todo uniforme, insignia ó condecoracion concedida por la Junta Suprema.

    En la órden de plaza de este dia, entre otras disposiciones se da á reconocer por gobernador de Atarazanas al coronel D. Fancisco Palmes.

    Por lo demas continua la entrada de espatriados. Los retenes de infantería y caballeria siguen ocupando los mismos puntos.

  • La Jamancia: controles sobre extranjeros

    (Mártes).

    El capitan General ha espedido hoy otro bando disponiendo que se presentasen al Alcalde primero constitucional todos los estrangeros que hubiesen permanecido en esta ciudad, durante los últimos acontecimientos (1 [not OCRed]).

  • La Jamancia: anunciadas fiestas para celebrar la coronación de Isabel, Sanz deja Barcelona

    (Miércoles)

    Hoy han vuelto los carros del tren de artilleria á trasladar morteros, obuses, balas y granadas desde los puntos fortificados que ocupaban los centralistas á la Ciudadela.

    El Ayuntamiento ha publicado con esta fecha el programa de las fiestas que deben celebrarse en esta ciudad en los tres primeros dias del mes de diciembre para solemnizar el advenimiento al trono de Isabel II. Con este motivo se están construyendo en las plazas de Palacio, de la Constitucion, de la Boqueria y del Padró los tablados que deben servir para la proclamacion.

    A las 10 y ½ de la noche el Exmo. Sr. Capitan general Sanz, acompañado del gefe del estado mayor el Sr. general Lasauca, tres ayudantes de campo y un escribiente, se han embarcado en el vapor de guerra Isabel II para Rosas, desde cuyo punto debe pasar á Figueras, dejando encargado el mando al segundo cabo D. Jacobo Gil de Avalle.

  • La Jamancia: reconciliación de la catedral tras los destrozos revolucionarios, fin

    (Jueves).

    Con arreglo á los artículos 9.° y 12.° del convenio que hemos trasladado mas arriba, el Exmo. Sr. Capitan general ha espedido hoy un bando disponiendo la presentacion de las cuentas, libros y demas comprobantes de lo recaudado y pagado por las personas que han estado encargados de la recepcion y administracion de caudales desde el 1.° de Setiembre hasta el 17 del que rige (1 [not OCRed]). Sobre lo dispuesto en este bando existe una comunicacion del Sr. Rius y Rosell á D. Laureano Sanz, fecha en Auriol de Francia á los 12 de este mes, que no podemos menos de copiar á continuación del citado bando (2 [not OCRed]). Nuestros lectores harán sobre ella los comentarios que juzguen del caso: nosotros, lo repetimos, no somos mas que historiadores.

    Hoy se ha celebrado con el mayor aparato la reconciliacion de la Sta. Iglesia Catedral, profanada, lo mismo que la de Sta. Maria, durante la revolucion pasada. El Excmo. é Ilmo. Sr. Obispo de esta Diocesis precedido del Cabildo y acompañado por el Excmo. Ayuntamiento Constitucional, presidido por el Sr. Gefe Político, ha principiado la función por los Exorcismos que previene el Ritual Romano, y despues de haber elevado al Todo Poderoso plegarias espiatorias, ha recorrido en procesión por tres diferentes veces todo el recinto y cláustros rociando las paredes con agua bendita, celebrándose en seguida un oficio solemne con el cual ha terminado tan augusta é imponente ceremonia. Ha concurrido á este acto religioso un inmenso gentío y la mayor parte de los gefes y señores oficiales de los cuerpos esentos de servicio. — El dia 3 de diciembre debe celebrarse la reconciliación de la Iglesia de Sta. Maria del Mar.

    Con esta fecha la Diputacion Provincial interina, ó llámesele Junta de Armamento y Defensa, ha dado las gracias á la compañia de M. N. de Berga por los servicios que ha prestado durante el bloqueo.


    Tales son los principales hechos que han tenido lugar durante los tres meses que ha durado la revolucion de esta Ciudad. Ojalá que, como lo esperamos, sirvan de saludable leccion para el porvenir! Ojalá que el gobierno no pierda de vista cuanto conviene cimentar la tranquilidad de esta poblacion inmensa, en cuya suerte ha empezado á probar que se interesaba con los dos acertados nombramientos de D. Ricardo Schely para gefe político y del Baron de Meer, para capitan general!

    FIN.

  • Isabel II proclamada reina de España

    Isabel II es proclamada reina de España.

  • Empieza construcción del Museo de Antigüedades de Barcelona

    La Academia de Buenas letras da principio a la ereccion de su Museo de antigüedades.

  • Inaugúrase el Casino Barcelonés, primero en la ciudad

    Inaugúrase el Casino Barcelonés, primero que ha habido en esta ciudad.

  • Ábrese la primera caja de ahorros

    Ábrese la primera caja de ahorros.

  • Cómo el enchufado Joaquín Bastús intentó robarle el trabajo a Pablo Piferrer

    Yo bien deseara renunciar por algun tiempo á los Recuerdos; pero mi honor pude mas que mi desazon y mi mal estado, mayormente ahora en que van á tomar otro colaborador que se encargue del tomo de Aragon. Cuando pretendimos la Biblioteca ante el Ayuntamiento, otro de los aspirantes fué D. Joaquin Bastús que en mas de una ocasion estuvo á pique de ser nombrado. Al fin se llevó chasco, y lejos de resignarse, con la mayor mala fé acudió al ministerio de la Gobernacion solicitando la plaza de Bibliotecario vacante por separacion del anterior bibliotecario. Es decir que el bribon la habia solicitado al Ayuntamiento, y si este se la hubiese dado ya hubiera sido válido el nombramimento; y ahora, callando sobre el nuestro, acudia por sorpresa al gobierno. Es el caso que este fulano es uno de los pocos amigos del Gefe Político, y del Sr. Buxeras teniente de alcalde constitucional; los cuales todos urdieron una buena tramoya, y hubieran dado un buen informe sobre este asunto, á no haberlo nosotros contenido con nuestra diligencia. Pero como con las nuevas elecciones nuestro influjo no prepondera en el Ayuntamiento, esta corporacion no ha tomado la cosa con el calor que su decoro ecsigia; y asi nos hemos visto en la posicion mas critica, porque ni podiamos acudir al gobierno pues este nada nos ha dicho de oficio y ademas somos dependientes del Ayuntamiento, ni tampoco al Ayuntamiento que nada nos ha comunicado de oficio y el cual tal vez nos daria un desaire. Solo hemos podido gestionar en Madrid por medio de personas, que nos han manifestado que este asunto estaba en manos del oficial del ministerio que por desgracia es tambien amigo de Bastus. Enfin, el cielo nos ha traido á los ministros, y estoy resuelto á aprovechar su permanencia en Barcelona para enterarles de que no hay tal vacante en la Biblioteca. El sábado y el domingo pensábamos que vendrian á visitarla, pues debian ir al Archivo de la Corona de Aragon, y en tal caso hubiera sido asunto concluido: el domingo lo verificaron en este, y yo que no me fié de si vendrian ó no á Biblioteca, me planté en el Archivo y ayudé al único oficial que alli habia y al Sr. Bofarull á subir y bajar códices, y aun tuve el honor de ser presentado á los ministros de Hacienda y Gobernacion, que me hicieron leer un pergamino antiguo y supieron ecsistia una obra llamada Recuerdos, etc. de la cual yo soy autor. Esto me valió un fuerte dolor de cabeza, porque todo estaba abierto y el viento soplaba que era un gusto y yo tenia que mantenerme firme junto á la ventana y con la cabeza descubierta enseñándoles las miniaturas de los libros góticos. Al fin ya me conocen, y si no vienen á S. Juan, me encajo á hacerles una visita, les regalo un ejemplar de los Recuerdos y les cuento todo el asunto de pe á pá.

  • Washington Irving sobre Barcelona, la opera, el embajador turco, una audiencia con Isabel II, la estupidez y crueldad del conde de España

    I am delighted with Barcelona. It is a beautiful city, especially the new part, with a mixture of Spanish, French, and Italian character. The climate is soft and voluptuous, the heats being tempered by the sea breezes. Instead of the naked desert which surrounds Madrid, we have here, between the sea and the mountains, a rich and fertile plain, with villas buried among groves and gardens, in which grow the orange, the citron, the pomegranate, and other fruits of southern climates.

    We have here, too, an excellent Italian opera, which is a great resource to me. Indeed, the theatre is the nightly place of meeting of the diplomatic corps and various members of the court, and there is great visiting from box to box. The greatest novelty in our diplomatic circle is the Turkish Minister, who arrived lately at Barcelona on a special mission to the Spanish Court. His arrival made quite a sensation here, there having been no representative from the Court of the Grand Sultan for more than half a century. He was for a time quite the lion; everything he said and did was the theme of conversation. I think, however, he has quite disappointed the popular curiosity. Something oriental and theatrical was expected — a Turk in a turban and bagging trousers, with a furred robe, a long pipe, a huge beard and moustache, a bevy of wives, and a regiment of black slaves. Instead of this, the Turkish Ambassador turned out to be an easy, pleasant, gentleman-like man, in a frock coat, white drill pantaloons, black cravat, white kid gloves, and dandy cane ; with nothing Turkish in his costume but a red cap with a long, blue silken tassel. In fact, he is a complete man of society, who has visited various parts of Europe, is European in his manners, and, when he takes off his Turkish cap, has very much the look of a well-bred Italian gentleman. I confess I should rather have seen him in the magnificent costume of the East; and I regret that that costume, endeared to me by the Arabian Nights’ Entertainments, that joy of my boyhood, is fast giving way to the levelling and monotonous prevalence of French and English fashions. The Turks, too, are not aware of what they lose by the change of costume. In their oriental dress, they are magnificent-looking men, and seem superior in dignity of form to Europeans; but, once stripped of turban and flowing robes, and attired in the close-fitting, trimly cut modern dress, and they shrink in dimensions, and turn out a very ill-made race. Notwithstanding his Christian dress, however, I have found the Effendi a very intelligent and interesting companion. He is extremely well informed, has read much and observed still more, and is very frank and animated in conversation. Unfortunately, his sojourn here will be but for a very few days longer. He intends to make the tour of Spain, and to visit those parts especially which contain historical remains of the time of the Moors and Arabs. Granada will be a leading object of curiosity with him. I should have delighted to visit it in company with him.

    I know, all this while you are dying to have another chapter about the little Queen, so I must gratify you. I applied for an audience shortly after my arrival, having two letters to deliver to the Queen from President Tyler; one congratulating her on her majority, the other condoling with her on the death of her aunt. The next day, at six o’clock in the evening, was appointed for the audience, which was granted at the same time to the members of the diplomatic corps who had travelled in company with me, and to two others who had preceded us. It was about the time when the Queen drives out to take the air. Troops were drawn up in the square in front of the palace, awaiting her appearance, and a considerable crowd assembled. As we ascended the grand staircase, we found groups of people on the principal landing places, waiting to get a sight of royalty. This palace had a peculiar interest for me. Here, as often occurs in my unsettled and wandering life, I was coming back again on the footsteps of former times. In 1829, when I passed a few days in Barcelona, on my way to England to take my post as Secretary of Legation, this palace was inhabited by the Count de Espagne, at that time Captain General of the province. I had heard much of the cruelty of his disposition, and the rigor of his military rule. He was the terror of the Catalans, and hated by them as much as he was feared. I dined with him, in company with two or three English gentlemen, residents of the place, with whom he was on familiar terms. In entering his palace, I felt that I was entering the abode of a tyrant. His appearance was characteristic. He was about forty-five years of age, of the middle size, but well set and strongly built, and became his military dress. His face was rather handsome, his demeanor courteous, and at table he became social and jocose ; but I thought I could see a lurking devil in his eye, and something hardhearted and derisive in his laugh. The English guests were his cronies, and, with them, I perceived his jokes were coarse, and his humor inclined to buffoonery. At that time, Maria Christina, then a beautiful Neapolitan princess in the flower of her years, was daily expected at Barcelona, on her way to Madrid to be married to Ferdinand VII. While the Count and his guests were seated at table, after dinner, enjoying the wine and cigars, one of the petty functionaries of the city, equivalent to a deputy alderman, was announced. The Count winked to the company, and promised a scene for their amusement. The city dignitary came bustling into the apartment with an air of hurried zeal and momentous import, as if about to make some great revelation. He had just received intelligence, by letter, of the movements of the Princess, and the time when she might be expected to arrive, and had hastened to communicate it at headquarters. There was nothing in the intelligence that had not been previously known to the Count, and that he had not communicated to us during dinner; but he affected to receive the information with great surprise, made the functionary repeat it over and over, each time deepening the profundity of his attention ; fmally he bowed the city oracle quite out of the saloon, and almost to the head of the staircase, and sent him home swelling with the idea that he had communicated a state secret, and fixed himself in the favor of the Count. The latter returned to us laughing immoderately at the manner in which he had played off the little dignitary, and mimicking the voice and manner with which the latter had imparted his important nothings. It was altogether a high farce, more comic in the acting than in the description; but it was the sportive gambolling of a tiger, and I give it to show how the tyrant, in his hours of familiarity, may play the buffoon.

    The Count de Espagne was a favorite general of Ferdinand, and, during the life of that monarch, continued in high military command. In the civil wars, he espoused the cause of Don Carlos, and was charged with many sanguinary acts. His day of retribution came. He fell into the hands of his enemies, and was murdered, it is said, with savage cruelty, while being conducted a prisoner among the mountains. Such are the bloody reverses which continually occur in this eventful country, especially in these revolutionary times.

    I thought of all these things as I ascended the grand staircase. Fifteen years had elapsed since I took leave of the Count at the top of this staircase, and it seemed as if his hardhearted, derisive laugh still sounded in my ears. He was then a loyal subject and a powerful commander; he had since been branded as a traitor and a rebel, murdered by those whom he had oppressed, and hurried into a bloody grave. The beautiful young Princess, whose approach was at that time the theme of every tongue, had since gone through all kinds of reverses. She had been on a throne, she had been in exile, she was now a widowed Queen, a subject of her own daughter, and a sojourner in this palace.

    On entering the royal apartments, I recognized some of the old courtiers whom I had been accustomed to see about the royal person at Madrid, and was cordially greeted by them, for at Barcelona we all come together sociably as at a watering place. The «introducer of ambassadors» (the Chevalier de Arana) conducted my companions and myself into a saloon, where we waited to be summoned into the royal presence. I, being the highest in diplomatic rank of the party present, was first summoned. On entering, I found the little Queen standing in the centre of the room, and, at a little distance behind her, the Marchioness of Santa Cruz, first lady in attendance…