Etiqueta: Aureli Maria Escarré

  • Entrevista de Le Monde al abad Escarré: «el régimen se llama cristiano, pero…»

    José Antonio Novais Le régime se dit chrétien mais n’obéit pas aux principes de base du christianisme, Le Monde 14/11/1963

    Spain, and this is the great problem, continues to be divided in two parts. We do not have twenty-five years of peace behind us, but rather twenty-five years of victory… This represents one of the most regrettable failures of a regime that calls itself Christian, but one in which the state does not obey the basic principles of Christianity.

    The majority of its leaders are honorable and are well-meaning Catholics, but they do not see clearly what it is to be Christian in regard to political principles… [I]n the light of [the 1963 papal encyclical Pacem in Terris] the primary subversion that exists in Spain is its government.

    The people must be able to choose their government and be able to change it if they wish … Freedom of the press, a sincere freedom of information, is needed…

    I have taken a great interest … in the political prisoners, whose existence constitutes one of the most embarrassing aspects of the regime… For the moment what is most worrying is those nonbelieving prisoners in the penitentiary at Burgos, who are in solitary confinement for having followed their consciences, refusing to attend mass…

    Catalonia is one of the typical examples that can illustrate the encyclical in regard to its references to ethnic minorities. The state must favor these minorities and their cultural life. The regime is hampering the development of Catalan culture. Using the legally recognized right of petition, I myself, with one hundred other persons, wrote a letter a few months ago to the vice president of the government, Captain General Muñoz Grandes, asking him for full liberty for Catalan culture. We still have not received any reply.

    [To speak the Catalan language] has until now been our right as Catalans… To defend one’s language is not only a duty but a necessity; when the language is lost, religion has a tendency to be lost as well. This has happened in other places…

    The great majority of Catalans are not separatists. Catalonia is one nation among the nationalities of Spain. We have a right, like any other minority, to our culture, to our history, to our customs, which have their own personality within Spain. We are Spaniards, not Castilians.

    […]

    The government’s legislation is, in general, proper, but the government does not execute the law. The standard of living has improved, but not the level of culture and education, nor the sense of mutual respect. The lack of social justice is frightening. I have recently been in Andalusia, and I have been able to see this for myself…

    […]

  • Nacionalcatolicistas catalanistas secuestran la imagen de la Virgen de Núria para derrocar al Arzobispo de Barcelona, castellano y supuestamente nacionalcatolicista españolista

    Por la noche secuestran la imagen de la Virgen de Núria, patrona de la diócesis de Urgell, que tenia que ser coronada solemnemente por el cardenal arzobispo de Tarragona, Dr. Arriba y Castro, con sermón de D. Marcelo. Después de unos días de incertidumbre y de rumores se confirma que a pesar de todo, la coronación tendrá lugar el día 13 con una copia de la imagen auténtica. La Misa se celebra en la plaza exterior. D. Marcelo hace un gran sermón. Mientras predica, muchos ojos miraban fijamente al vicario de Ribes, Rvdo. De la Hoz, (secularizado más tarde) como uno de los cómplices del secuestro. Al final de la ceremonia, los comentarios versan sobre las exigencias de los secuestradores: “Queremos obispos catalanes”, la expulsión de D. Marcelo, la del cardenal de Tarragona, el retorno del abad Aurelio Escarré…

    Años más tarde, el 3-IX-1992, el semanario Catalunya Cristiana publica lo siguiente:

    Hace 25 años que secuestraron la imagen de al Virgen de Núria.

    Los secuestradores eran cristianos que reclamaban obispos catalanes. Este verano se han cumplido 25 años del secuestro pacífico de la imagen de la Virgen de Nuria, consumado por un grupo de patriotas catalanes entre los que se encontraban algunos escoltas de agrupaciones de Barcelona, animados por sus consiliarios. El objetivo principal de aquella acción fue difundido posteriormente por medio de unas hojas clandestinas que se repartieron en muchas parroquias del Principado en las cuales se decía que se quería evitar “la profanación de la imagen que había de ser coronada el domingo siguiente en un acto de propaganda por un régimen que imponía obispos de ocupación castellanos y persigue nuestra lengua y cultura, y combate la personalidad de Cataluña”. El secuestro de la imagen tuvo lugar exactamente el 9 de julio por la noche, aprovechando que había una puerta que permitía el acceso desde el hotel hasta el camarín de la Virgen. Uno de los secuestradores era carpintero y le fue relativamente fácil superar este obstáculo. Entonces cogieron la imagen, la pusieron dentro de una mochila envuelta con ropa y un caso para protegerla y abandonaron el hotel a medianoche.

    Fueron a pié por los caminos de montaña hasta Queralbs y de aquí en coche y por carreteras secundarias hacia Girona. Finalmente al cabo de unos días trasladaron la imagen a una casa rural del Vallès y de aquí hasta un piso de Barcelona.

    Mientras, los diarios dieron la noticia de la desaparición de la imagen calificándola de “robo sacrílego”. El entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, dio la consigna de no hablar más del hecho hasta que se detuvieran a los autores, pero a pesar de sus intensas pesquisas, ni la policía ni la Guardia Civil no consiguieron nunca encontrarlos.

    Por otra parte, se hubo de coronar una reproducción de la imagen original, no asistió el nuncio del Papa como estaba previsto y la fiesta resultó insípida. Unos años más tarde, exactamente el 29 de enero de 1972 el abogado barcelonés y luego senador Josep Benet devolvió la imagen al obispo de Urgell, que era Joan Martí Alanís, bajo secreto de confesión. Se habían cumplido buena parte de las condiciones que habían puesto los secuestradores. El obispo castellano Marcelo González había dejado la sede de Barcelona unas semanas antes, el Abad Escarré había vuelto de su exilio, aunque ya difunto, y el general Franco había renunciado al privilegio de presentar candidatos al Vaticano para nombrar nuevos prelados, de acuerdo con la doctrina del Concilio…

    Por último los supervivientes de la operación piden que el actual Capellán del Santuario de Núria explique siempre a los visitantes este episodio de su historia reciente.

    M. Caballé.