Etiqueta: ampurdán

  • Tres palmos de nieve en Collserola

    És-se sabut aprés que dites neus són estades comunes per tot Espanya, y en Catalunya ha causat grandíssims danys, que en les montanyes y en los plans ha morts molts bestiars grossos y menuts, senyaladament en Urgell, en Empurdà, a Requesens y tota la montanya de Albera. A 12 de febrer no’s podia passar lo coll del Portús, ni entre Manrresa y Tarraça, lo coll de Deviu, que encara hi havia nou pams de neu. A 15 de dit, a la montanya de Collserola sobre Barcelona no s’i passava per haver-hi tres pams de neu. En Barcelona, Tortosa y Leyda se han enderrocades algunes cases del pes de la neu. En Vich per tallar pa lo havian de torrar. Cosas inauditas. Déu vulla sian bon presagi.

  • Llega a las afueras de Barcelona parte del ejército huyendo de los somatenes del Vallés; el abismo entre lo supuestamente posible y lo realmente deseable, los destrozos del ejército real en Villanueva, Riudarenas etc.

    Recuperado Salsas, reformados los tercios provinciales, así de Cathaluña, Aragón, Valencia y demás reinos, y retirádose la gente á la quietad de sus casas, se pasó á alojar por el Principado el resto del exercito real, que devía ser de diez á once mil hombres entre infantería y cavallería; en cuio repartimiento se procedió con tal desorden y tiranía, como lo dirán los sucesos futuros de que se dará quenta en este capitulo, que, á caminar con igualdad y proporción, no fuera de ningún daño, ni de tan yrreparable ruina para España como se ha visto.

    Hallávase Cathaluña en lo más alto de su felicidad, así por lo poblado, rico y opulento, como por lo belicoso de sus naturales, tanto que pasava no sólo á ser embidia de los demás reynos y naciones, sino á que los ministros mal intencionados y poco experimentados de la fineza y lealtad cathalana, impresionasen en el real ánimo algunos temores y recelos de poca firmeza, en la innata fidelidad de los pechos cathalanes; con cuias torcidas y siniestras informaciones, motivaron al Rey que, con las milicias que havían quedado, se oprimiese el orgullo de los pueblos y se minorase su opulencia, y así, siguiendo este rumbo, alojaron en los lugares con tal exorvitancia, y sobre numerosidad á las casas, que en el lugar de cinquenta vecinos echavan á quatro y quinientos soldados, y á este tono en las demás villas y lugares; y si venían los pueblos á quexarse, en bez de alivio se les cargava más de milicia, y si se replicava, se prendía á los síndicos ([omitidos varios documentos ilustrando las quejas]).

    En Villa Nueba de Cichés (Villanueva de Sitjes unida á otro lugar contiguo, denominado La Geltrú, formando hoy la conocida población de Villanueva y Geltrú), porque cerraron las puertas al alojamiento, á ocasión de ser quadruplicado al número de las casas, mandó embiar el Virrey al pie de dos mil hombres, y entrando con violencia la villa, la saquearon, obrando la soldadesca insolencias, sin perdonar la onestidad de muchas doncellas, ni el sagrado de las iglesias: abrieron las bodegas, y de la malvasía y vino hacían regar las calles. Las mieses verdes las segavan para dar á los cavallos de esta villa; pasaron á otras, multando, matando, robando y cometiendo insultos y violencias en mujeres.

    Discurriendo por todo el Principado con este desorden, llegaron al lugar de Riu de Arenas, en el Ampurdán (Pertenece á la comarca de La Selva), en donde la gente havía retirádose á la iglesia todo lo que pudo, y visto ó entendido por los soldados, pegando fuego á la puerta, asaltaron y robaron la iglesia, y prosiguiendo el fuego en la madera de arcas y bancos, llegó á prender en el altar maior, con tal fuerza, que por presto que quisieron acudir unos capuchinos á rretirar el Sacramento, trepando por las llamas, ya no hallaron sino carbón, y que justamente se conocían las Formas. Lleváronlas á Gerona, y reconocidas por el obispo, cavildo y personas doctas, declararon que ya no se contenía en ellas el cuerpo sacrosanto de Xpto, y así pasó el obispo á fulminar censuras contra los actores de este sacrilego incendio (La quema de Riudarenas que refiere el Cronista, desconociendo la causa que la motivó, tuvo lugar el día 3 de Mayo de 1640.—El día 13, el obispo de Gerona, D. Gregorio Parcero, fulminaba el anatema contra el tercio de Moles, autor del incendio de la iglesia de Riudarenas. (Véase Apéndice IV.)—El castigo impuesto á Santa Coloma y los desmanes cometidos en dicha villa por la tropa, y referidos anteriormente, ocurrieron el 5 de Mayo.).

    Después de cometidas estas inhumanidades, queriendo la milicia pasar á Gerona, que devía ser en número unos quatro mil, entre infantería y cavallería, presumió la ciudad no sucediese en ella lo mismo que en los demás lugares, y les negó, no sólo la entrada, sino el ministrarles mantenimientos, de que estavan en suma necesidad (Continúa el Cronista desconociendo los hechos. Gerona organizó un convoy para aprovisionar los tercios que estaban alojados en los lugares vecinos de Salt y Santa Eugenia. (Son tan repetidas las inexactitudes y lagunas que se observan en esta parte de la Crónica, que para no convertir estas notas en un estudio crítico del Ms., remitimos al lector á la documentación publicada por D. Celestino Pujol y Camps, en su discurso de recepción en esta Academia, y á su anterior trabajo, Gerona en la revolución de 4640, 2.ª edición. Gerona, Vicente Dorca, 1881.)). A la noticia destas operaciones, concurrieron en arma los naturales de la comarca de Gerona, y cercando la milicia, no les permitía entrar ningún mantenimiento: desta manera estubieron dos ó tres días, y al cavo de ellos, y después de haverse comido bueies y quanto encontravan, resolvieron tomar la derrota hacia Blanes, su quartel, y marchando á él, les hiva siguiendo el país en somatenes y continuados tiros, matando muchos, así de soldados como de paisanos: llegaron con esta penalidad á Blanes, y asistiéndoles la villa, los hizo pasar á la parte del mar, en donde, socorridos, se sosegó el tumulto allí.

    Savido en el Valles … lo que pasava en el Ampurdán (Lo que pasaba en La Selva. En el Ampurdán no se libraron combates entre los paisanos y la tropa, hasta que, más adelante, ésta salió de Blanes en marcha para el Rosellón), y apurados los paysanos de las extorsiones de la milicia, se resolvían á morir con las armas en la mano, ó sacudirse el yugo que los oprimía. Havía alojados, entre San Saloní y San Pedro de Ebrera (San Celoni y San Pedro de Breda, hoy estaciones del ferrocarril de Barcelona á Francia, ramal de Granollers), algunos mil y doscientos soldados, y sobre mudarse unos á otros el quartel, tuvieron entre ellos algunos encuentros, con cuia ocasión lograron los paisanos la suia, y dando con los soldados, los obligaron á que viniéndose y procurando salvarse, se retirasen hacia Barcelona, y siguiéndolos los somatenes picando la retaguardia con mucho tiro, matando muchísimos y llegando al río Vasos ([Besós]), la cavallería tomó por el río avajo, y la infantería, como pudo, se emboscó aquella noche en el bosque y montaña de San Jerónimo de la Murta ([Murtra]), pero los somatenes siempre les davan caza. Cerróse la noche, y la cavallería medio perdida, como podía, se huía arrimando hacia Barcelona.

  • Pla publica su «retorno sentimental de un catalán»

    Retorno sentimental de un catalán a Gerona

    Un simpático matrimonio, en misión de «Auxilio Social, ha tenido la amabilidad de devolver, por unas horas, a un catalán a su país, y así me ha sido posible llegar a mi Ampurdán nativo, pocas horas después de ser liberado por las tropas del Generalísimo Franco.

    Al salir de Barcelona, por la carretera del litoral, y atravesar, en una mañana de sol mediterráneo, tibio y rutilante, los pueblos de la costa de levante, uno queda sorprendido de la tranquilidad y de la paz que respiran. Estos pueblos no parecen haber conocido la guerra para nada. Están intactos. Hay, desde luego, una diferencia fundamental entre los pueblos industriales -donde la gente lleva en la cara las huellas del sufrimiento y el hambre- y los pueblos agrícolas, donde la desconfianza natural de los payeses frente a las utopías social-comunistas, les ha permitido con toda clase de arbitrismos perfectamente ilegales por lo que se refiere al gobierno de Negrín, pero absolutamente justos y lícitos, comer más o menos y ayudar indirectamente al triunfo de las armas nacionales. Negrín no ha podido con el individualismo magnífico de nuestros payeses. Frente a ellos murió la inflación y ellos destrozaron la moneda roja por negarse a aceptar los montones de papel, que con tanta prodigalidad eran ofrecidos. La tradición del Derecho romano, que se mantiene tan viva en el campo de Cataluña, con las variantes que lo perfeccionan, del derecho privado catalán, han sido un valladar absoluto a las locuras anarco-comunistas. Estos payeses, que son la tradición eterna de este país, han realizado una labor magnífica.

    Estos pueblos de La Maresma, pues, están magníficos, pero en este momento sufren de incomunicación. Tiramos, desde el coche que pasa velozmente por las poblaciones, unos ejemplares de LA VANGUARDIA ESPAÑOLA en Montgat, en Mataró, en Arenys de Mar, en Canet, en Pineda, en Malgrat y observamos la lucha que se produce entre la gente de las calles para apoderarse de un número del periódico. La pobre gente -que tuvo una radio escondida en el desván y ahora la ha sacado con la petulancia natural de la persona que ha llegado finalmente a una zona de seguridad- se encuentra hoy con la imposibilidad de tener información, por falta de lluz y de fuerza. Están pidiendo noticias. Ya las tendrán. En cuestión de días, quizá de horas. Todo va restableciéndose.

    En todo caso hemos de decir que de todo lo que conocemos de la Cataluña liberada, esta parte de La Maresma nos ha parecido la más feliz, la vida más tranquila y sosegada, la que ha recobrado con más rapidez el ritmo de la normalización.

    […]

    Al anochecer regresamos a Barcelona por la general de Madrid. Camiones a cada paso. Puentes volados, más o menos restablecidos. En la carretera, los faros de los coches hacen unos juegos estupendos. La carretera está llena de vida. A su alrededor el campo entra en una paz y en un silencio indiferentes.

  • La Gran Nevada, y una conversión radiofónica de Dalí a la Verdadera Fe

    That morning the patio of my parents’ home appeared covered in snow and I couldn’t believe it. To start with, I thought it was part of my mother’s Christmas decorations. I remember that December 25th very well. Me with a scarf inside the house, listening to my mother say that for a city like Barcelona, so abandoned by the hand of God, it was a blessing that, even if it was only the once, He should have remembered us and brought us snow on the most appropriate day, Christmas Day, with divine punctuality.

    For me, Christmas Day will always be the day of the Great Snowfall. Wrapped in two jerseys and a scarf inside the house, I switched on the radio and suddenly we heard a message of peace and Christmas goodwill from Salvador Dalí, a few emotional words from the Ampurdán painter telling us that, from that day on, he planned to orient all his life toward Franco’s Spain and the family: «Isabella the Catholic, consecrated hosts, melons, rosaries, truculent indigestion, bullfights, Calanda drums and Ampurdán sardines. To sum up: my life must be oriented toward Spain and the family.»

    We listened to that message in respectful silence mixed with some astonishment. The snow fell stealthily on the patio outside, as at the beginning of a Christmas tale.

    «Dalí’s turned into one of us,» said my father.