… fecha en la que se presenta en el teatro Arnau, como principal estrella de un programa en que se anuncian “25 debuts”.
Por entonces, este teatro aún sobreviviente era un music-hall con residuos de café-cantante en el que la consumición costaba por la tarde dos reales y por la noche el doble. Raquel comenzó cobrando cien pesetas diarias -la asignación de una cupletista normal no pasaba de dos duros- y fue anunciada en el programa como “estrella indiscutible en el orbe entero. Unica y exclusiva coupletista monologuista que ha obtenido la nota de sobresaliente e inimitable en toda la prensa española”. Detrás de ella en importancia figuraba Tina Meller, “notable y hermosa coupletista que ha hecho temblar a media humanidad”.
A la sazón, su repertorio consta de canciones de inspiración autóctona y también francesa e italiana. Algunos títulos son: “Los balones”, “El Firulí”, “La más linda de la aldea”, “Cómo es el amor”, “Ecos del mundo” o el “Ven y ven”,el primero de sus grandes éxitos que, por cierto, y esto es una constante en muchas de las canciones con que triunfó Raquel, había sido ya estrenada por otra artista, en este caso, La Goya.
Por primera vez en la historia del local, dos hileras de bombillas anunciaban en la fachada el nombre de la estrella, R. MELLER. El teatro, de la mano de su propietario, un próspero comerciante de corsetería, se había remozado el verano anterior y buscaba un aporte de originalidad que su empresario, el señor Arnau, cifró en la actuación de una Raquel Meller cada vez con mayor número de seguidores. Efectivamente, ya no necesitaba del escándalo en el atuendo o en las letras sino que, precisamente, la intención era acercar el cuplé a públicos más remilgados.