Categoría: Crónica catalana de Miguel Parets

Parets////Miquel//// //// //// //// ////1888////De los muchos sucesos dignos de memoria que han ocurrido en Barcelona y otros lugares de Cataluña, crónica escrita … entre los años de 1626 á 1660//// //// ////Madrid////Real Academia de la Historia

  • Robo de correos para descubrir las intenciones de Felipe IV

    Viendo los cathalanes que los perpiñaneses eran como en Argel, viles esclavos de los soldados castellanos, y que los tratavan con rrigor y fiereza siendo dueño de puertas y presidios, viendo asimesmo que se esperavan las galeras de día en día de la parte de Italia, con mucha gente, y que los militares hacían su negocio, resolvieron robar la estafeta que hiva á Madrid y descubrir con las cartas la enfermedad que tenía el cuerpo de la Provincia: ejecutáronlo el día 12 de Agosto 1640 cerca el Torrente Jornal [Collblanc – en catalán, Torrent Gornal] que, parando al correo, abrieron los pliegos y encontraron los que ingratos á la patria davan avisos y ministravan me(dios) á los ministros de Madrid para conseguir su intento; nombráronse algunos que luego se ausentaron ha vista de haver cogido las cartas.

    El día 15 tomaron también un correo que pasava de Madrid á Perpiñán, el qual llevava entre otros pliegos dos cartas del Rey: una para Don Juan de Arce, en que le ordenava que en llegando las galeras, embarcase en ellas la más gente y más veterana que tubiese y que pasase á los Alfaques para hacerse dueños de Tortosa que así combenía. La otra era para el Obispo de Urgel [Pau Duran], electo arzobispo de Tarragona, que residía en Perpiñán todavía, en que le dava orden le continuase los avisos de quanto acá se obrava, encargándoselo mucho y agradeciéndoselo ygualmente. Este sujeto era cathalán y con las dependencias de sus prelacías, tenía quien le ministrava las noticias. Era natural de Espar(ra)guera, hijo de un peraire, pero gran letrado y no menos alevoso á su patria, que por particular interés hubo también muchos que le ymitaron.

    Con estas noticias se suspendieron los Correos (En aquellos días fué cosa frecuente el interceptar correos, originándose gran perturbación en la correspondencia. [ejemplos]), y si no era por mar no pasavan los avisos; también se cerró en quanto se pudo el comercio con el Rosellón, así por mar como por tierra, privando á todos el pasar allá mantenimientos, tomando la gente de armas todos los pasos, y dando órdenes á las fusta, de donde resultó nuevas disposiciones en los ánimos para su defensa.

  • Alarma nocturna por las actividades de la armada «castellana»

    No se descuidó la vigilancia de los consistorios, en medio de las fiestas, de los cuidados de la guerra que tanto amenazaba; y así para tener la gente diestra, se alistaron todos los moradores de Barcelona, hasta los ecclesiásticos y religiosos, dando á cada cofradía, iglesia y combento, en un papel, su puesto, obligación y señales para tomar las armas. Diéronlas á los que no las tenían, y con continuado exercicio procuraron tener disciplinados los ánimos para qualquier fragante. La gente sin oficio y vecinos á Barcelona la alistaron y agregaron á las compañías que pareció, y á toda se le señaló sus cavos y quanto era menester para el lance.

    Corrían los mares las galeras de España y otras, para transportar la gente de una á otra parte, y ocasionaron no pocos recelos de que algún día no abordasen á tierra y ocasionasen algún daño. Aguardávase de día en día gente de Italia, y el día 3 de Noviembre de 1640, unas dos oras antes de cerrar la noche, señaló Monjuique armada de poniente, y bajó la guarda á dar aviso se descubrían alta mar muchas galeras y naves y que así se estubiese con cuidado.

    Cerróse la noche, y empezó Monjuique á señalar muchos fuegos. La ci(uda)d, viendo esto, ó fuese por temor, ó por hacer prueva de los ánimos, dadas las siete de la noche, empezó la campana del relox á tocar arma y revato, y consecutivamente la Tomasa y demás campanas de las iglesias y combentos, y luego empezaron los atambores y trompetas á correr las calles, echando vandos pena de la vida que todo hombre estubiese á las armas y acudiese á sus puestos, y que las carretas y galeras de particulares acudiesen á la plaza de los Cabritos, para que de la sala de las armas se ministrasen municiones á donde sería menester prontamente. No se reconoció descuido ni pereza en persona alguna, porque las Compañías acudieron prontas á sus puestos. Los clérigos y frailes estavan en las lonjas y pórticos de sus iglesias y combentos, aguardando las órdenes, que ese era el que tenían; echóse fuera de la ciudad la compañía de cavallos de los mercaderes para correr la entrada, y subieron diez compañías á Monjuique, que entonces se fortificava.

    Toda aquella noche se estubo en esta postura con las armas en la mano, hasta que con el día se vió no parecer ninguna vela en el mar y todos se retiraron á sus casas.