Fiestas en celebracion de haber D. Fernando el católico tomado la ciudad de Málaga, que estaba en poder de los moros.
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Quemadas 3 personas y 20 estatuas en un auto de fe
Auto de fe, en que fueron quemadas tres personas y veinte estatuas de otras tantas.
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Reunión del Concejo de 32 sobre la peste
En 14 de Junio de 1488 se volvió á tratar en el Concejo Ordinario de XXXII de los medios de guardar la presente Ciudad de la peste.
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Los Reyes Católicos juran los fueros
Los reyes Católicos juran en la plaza de Framenors, hoy de Medinaceli, guardar los fueros del pais.
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Primer libro impreso en Barcelona?
Fecha del primer libro impreso en Barcelona. Fue su editor Juan Cherlin, impresor volante. Su título es: Pro condendis orationibus juxta gramaticas leges, literatissimi auctoris Bhertolomei Mates libellus exorditur.
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Fechada la Piedad Desplá, obra maestra de Bermejo
Opus. Bartholomei. Vermeio.Cordubensis.Impensa. Ludovici. de . Spla. Barcinonensis. Archidiaconi Absolutum, XXIII. Aprilis. anno Salutis. Christiana (E) MCCCC LXXXX
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Funerales regios en honor del Infante de Portugal, esposo de la hija mayor de los Reyes Católicos
Regios funerales en honor de D. Alfonso príncipe heredero de Portugal, esposo de doña Isabel hija de los reyes católicos.
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La carta de Fernando el Católico sobre la toma de Granada inicia diez días de fiestas
Llega la carta en que D. Fernando el Católico participa á la Diputacion la toma de Granada, con cuyo motivo se hicieron por espacio de diez dias fiestas estraordinariamente pomposas.
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Fiesta con confits en la casa del infante Enrique para celebrar la toma de Granada
El infante D. Enrique, lugarteniente general, en celebridad de la toma de Granada tuvo funcion (Sala) en su casa, á la que fueron convidados los Conselleres y muchas damas, y dió collació de confits.
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Expulsión de los judíos impenitentes
En 1492 se fueron todos los judíos que no quisieron convertirse al cristianismo. Su marcha fue recogida de la siguiente manera en el Dietario de la Diputación del General:
1492. Agost. Dijous a II. Jueus. Entraren e surgiren en la plaia de Barchinona una gran nau de Rodes […] e una galeassa grossa de França e VIII entre nauetes e galeons, totes carreguades de juheus que exien de Aragó, de València e de Cathalunya e eren·se enbarchats part en Tortosa e part en Tarragona, exints de dites terres per manament de la maiestat del senyor rey. Restaren·ne en Barchinona circa de XX qui·s faheren christians; los altres ab dites fustes se·n anaren la via de Levant e entre tots eren passats deu mil juheus entre homens, dones e enfants.
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Llegan los Reyes Católicos tras la toma de Granada para negociar con Francia la devolución del Rosellón y la Cerdaña
Llegan á Valldoncella los reyes católicos, y en el dia siguiente hacen la entrada triunfal despues de la toma de Granada.
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Isabel cuenta la herida que sufrió Fernando a manos del loco Joan de Canyamars al bajar las escaleras de la capilla de santa Águeda, y el amor popular por su rey
De la Réina Dona Isabel á su confesor D. Fr. Hernando de Talayera.
Muy reverendo y devoto padre. Pues veemos que los reyes pueden morir de qualquier desastre como los otros, razon es de aparejar á bien morir. Y digolo ansi porque aunque yo esto nunca dudé, antes como cosa muy sin duda la pensava muchas veces, y la grandeza y prosperidad me lo hacia mas pensar y temer; hay muy gran diferencia de creerlo y pensarlo á gustarlo. Y aunque el Rey mi señor se vió cerca, y yo la guste mas beces y mas gravemente que si de otra causa yo muriera, ni puede mi alma tanto sentir al salir del cuerpo. No se puede dezir ni encarecer lo que sentia: y por si esto (Por si esto. El original diría por cierto.) antes que otra vez guste la muerte, que plega á Dios nunca sea por tal causa, querria que fuese en otra disposicion questava agora, en especial en la paga de las deudas. Y por esto os ruego y encargo mucho por nuestro señor, si cosa aveys de hazer por mi, á bueltas de quantas y quan grandes las haveys hecho por mi, que querays ocuparos en sacar todas mis deudas, ansi de emprestados, como de servicios y daños de las guerras passadas, y de los juros viejos que se tomaron quando princesa, y de la casa de moneda de Abila, y de todas las cosas que á vos pareciere que ay que restituir y satisfacer en qualquier manera que sea en cargo; y me lo embyeis en un memorial, porque me será el mayor descanso del mundo tenerlo; y viendolo y sabiendolo, mas trabajare por pagarlo: y esto os ruego que hagays por mi y muy presto entanto que quereys que dure este destierro. Dios sabe que me quexara yo agora, si vos no vinierades, sino por lo que toca á esa ciudad que la tengo en mas que á mi vida, y por eso pospongo todo lo que me toca (Habla de la ciudad de Granada…). Y quando supe este caso, luego no tuve cuydado ni memoria de mi, ni de mis hijos questaban delante, y tuvela de esa ciudad, y que os (Parece errata por enviasen.) escribiesen luego esas cartas que escrevi: y por eso agora no ahinco mas vuestra venida, hasta que placiendo á Dios estemos mas cérca della (Dallá ó de allá es lo que diria la carta: pero la Reina escribia mal, y fué facil cometer este y otros errores en la cópia.). Y como entonces á mi no me dixeron mas de lo que escrevi, y no avia visto al Rey mi señor, que yo estaba en el palacio donde posavamos, y el Rey en este donde d caso acaeció; y antes que acá viniese escrivio (… Quizá escribi yo, y asi debió decir sin duda el original.), porque su señoría no quiso que viniese yo: entanto que se confessava; y por esto no pude dezir mas de lo que me dezian: y aun para ay no era mas menester, que aun agora no querría que supiessen quanto fue. Y ansi me parece que se les deve siempre deshazer: mas para con vos, porque deys gracias á Dios, quiero que sepays lo que fue: que fue la herida tan grande, segun dize el doctor de guadalupe (que yo no tuve corazón para verla) tan larga y tan honda, que de honda entrava quatro dedos, y de larga cosa (… Cosa debe ser doce ú otro número que exprese el de los dedos ue tenia la herida de largo… ) que me tiembla el corazon en dezirlo, que en quienquiera espantara su grandeza, quanto mas en quien era. Mas hizolo Dios con tanta misericordia, que parece que se midio el lugar por donde podía ser sin peligro, y salvó todas las cuerdas y el hueso de la nuca y todo lo peligroso, de manera que luego se vio que no era peligrosa. Mas despues la calentura y el temor de la sangre nos puso en peligro: y al seteno dia estuvo tan bien, que os escrevi yo ya sin congoxa con un correo, mas creo que muy desatinada de no dormir. Y despues al salir del seteno dia vino tal aczidente de calentura y de tal manera que esta fue la mayor afrenta de todas las que passamos: y esto duro un dia y una noche, de que no diré yo lo que dixo sant Gregorio en el officio del sabado sancto, mas que fue noche del infierno; que creed, padre, que nunca tal fue visto en toda la gente, ni en todos estos días; que ni los officiales hazian sus officios, ni persona hablava una con otra, todos en romerias y processiones y limosnas, y mas priesa de confessar que nunca fue en semana sancta: y todo esto sin amonestacion de nayde. Las yglesias y monasterios de contino sin cessar de noche y de dia diez y doce clérigos y frayles rezando: no se puede dezir lo que pasava. Quiso Dios por su bondad aver misericordia de todos, de manera que quando Herrera partio, que llevava otra carta mia, ya su señoria estaba muy bueno, como el avra dicho: y despues aca lo esta siempre (muchas gracias y loores á nuestro Señor), de manera que ya el se levanta y anda aca fuera, y mañana, placiendo á Dios, cabalgara por la ciudad a otra casa donde nos mudamos. A sido tanto el placer de verle levantado quanta fue la tristeza, de manera que á todos nos a resuscitado. […] Una cosa quiero dezir porque me dizen que se piensa alla otra cosa que lo cierto es verdaderamente: que hechas quantas diligencias en tal caso se devian hazer, y quantas en el mundo se pudieron pensar, no se hallo indicio ni sospecha ni cosa que otro supiesse ni supiese dello mas de aquel solo que lo hizo: y aquel nunca salió de aquellos desvarios, quel espíritu santo se lo mando hazer, y que no se confesasse, y que muchos años avia questa (8) con estos dos buenos propositos; y que, si le dexassen, cada vez que pudiesse lo haria, que no se avia de arrepentir dello; que lo avia hecho por mandado de Dios, porque el avia de ser Rey, y no por otra enemiga que tuviese al Rey: y nunca destos desvarios salio ni se mudo. Y sabia que avia de morir, y no quería en manera del mundo confessarse: y era tanta la enemiga que todos le tenían, que nayde lo quería procurar ni traher confessor, antes dezian todos que perdiesse el anima y el cuerpo todo junto; hasta que yo mandé que fuessen á el unos frayles, y le traxessen á que se confessase, y con mucho trabaxo lo traxeron á ello (No paró en esto la humanidad de la Réina. El asesino … estaba sentenciado por la justicia de la ciudad á ser atenaceado vivo: pero Doña Isabel no lo consintió, y dispuso que le diesen garrote antes de despedazarlo…). Y en determinando de confessarse, antes que se confessase, luego conocio que era mal hecho lo que avia hecho, y que le parecía que despertaba de un sueño, que no avia estado en si: y ansi lo dixo siempre despues al confessor, y que le pidiesse perdon al Rey y á mi; y á la muerte dixo esto mesmo. Descanso en que lo sepáis todo, y porque miradas todas estas cosas parece mas cosa hecha de Dios que nos quiso castigar con mas piedad que yo merezco. Plega el que sea para su servicio: y acabo encomendándome en vuestras oraciones, en barcelona á treinta de deziembre. Yo la Reyna.
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El Tratado de Barcelona devuelve Rosellón y Cerdaña a España
Los reyes católicos firman en Barcelona el tratado en cuya virtud el rey de Francia restituye á la corona de Aragon el Rosellon y la Cerdaña.
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Romería de los reyes católicos a Montserrat
Salen los reyes católicos en romería para Monserrate, regresando al cabo de once dias.
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Entra Cristobal Colón de vuelta de su primer viaje con sus marineros, que introducen la sífilis en Barcelona, desde donde se propaga por toda Europa
Capitulo primero del origen & nascimiento deste morbo serpentino dela ysla Española. E de como fue hallado & aparecido y de su proprio nombre.
Plugo a la diuina justicia de nos dar y embiar dolencias ignotas nunca vistas ni conocidas ni en los libros de medecina halladas assi como fue esta enfermedad serpentina. La qual fue aparescida & vista en España en el año del señor de mil & quatrocientos & nouenta y tres años en la ciudad de Barcelona: la qual ciudad fue inficionada & por consiguiente toda la Europa, y el vniuerso de todas las partes sabidas & comunicables: el qual mal tuuo su origen & nacimiento de siempre en la isla que agora es nombrada Española: segun que por muy larga y cierta esperiencia se ha fallado & como esta isla fue descubierta y hallada por el almirante don Xristoual Colon al poniente teniendo platica & comunicacion con la gente della. E como el de su propia calidad sea contagiosa facilmente se les apego: & luego fue vista en la propia armada: & como fuesse dolencia nunca por los españoles vista ni conoscida, aunque sentian dolores y otros efectos de la dicha enfermedad imponianlo a los trabajos de la mar o a otras causas, segun que a cada vno les parescia, y al tiempo quel almirante don Xristoual Colon llego a España estauan los Reyes Catholicos enla ciudad de Barcelona y como le fuessen a dar cuenta de su viaje & delo que auian descubierto, luego se empeço a funcionar la ciudad y a se estender la dicha enfermedad, segun que adelante se vido por larga esperiencia: & como fuesse dolencia no conocida y tan espantosa a los que la veyan acogianse a hazer mucho ayuno & deuociones & limosnas que nuestro señor los quisiesse guardar de caer en tal enfermedad.
E luego el año siguiente de mil & quatrocientos y nouenta & quatro años. El xpistianissimo rey Carlos de Francia que al presente reynaua ayunto grandes gentes & passo en Italia: y al tiempo que por ella entro con su hueste yuan muchos españoles enella inficionados desta enfermedad & luego se empeço a inficionar el real de la dicha dolencia: y los franceses como no sabian que era pensaron que de los ayres de la tierra se le apegauan. Los quales le pusieron mal de Napoles. E los Ytalianos & Napolitanos como nunca del tal mal tuuiesen noticia pusieron le mal frances; y de alli adelante segun fue cundiendo asi le fueron imponiendo el nombre cada vno segun que le parescia que la enfermedad traya su origen.
En Castilla le llamaron bubas, y en Portugal le impusieron mal de Castilla y en la India de Portugal le llamaron los indios mal de los portugueses: los indios de la isla española antiguamente assi como aca dezimos bubas dolores y apostemas y vlceras: assi llaman ellos esta enfermedad Guaynaras: & bipas y tayuas & içus. Yo le impongo morbo serpentino de la ysla Española, por no salir del camino por donde el vniuerso le imponia cada vno el nombre que le parescia que la enfermedad traya su prinncipio: y por esto le pusieron los franceses mal de Napoles, y los ytalianos mal frances: y los portugueses mal de Castilla: & los indios de Arabia, Persia & India mal de Portugal: segun que ya es dicho: & en quanto imponer a esta enfermedad morbo serpentino: es por que segun su fealdad no hallo cosa a que mas naturalmente la pueda comparar que es a la sierpe: porque assi como la sierpe es animal feo y temeroso y espantoso, assi esta enfermedad es fea y temerosa y espantosa: enfermedad graue que apostema & corrompe la carne: & quiebra y podrece los huessos y corta y atrae los neruios, y por tanto le impongo el tal nombre. E sabiendo yo que aqueste mal tuuo su origen de tiempo antiguo en la isla Española y que de alli salio su principio le impongo el tal nombre.
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Una visión romántica de la recepción de Colón por los Reyes Católicos
Il 15 aprile, in cui Colombo doveva entrare a Barcellona, gran parte de’ cittadini era andata ad incontrarlo; il fiore della gioventù lo precedeva a cavallo : una deputazione della corte, mandatagli incontro, lo aspettava fuor delle porte della città. Come per compiere e crescere quella solennità, l’orizzonte era tutto dolcezza e luce. La natura precoce del paese faceva pompa delle primizie delle sue ricche produzioni. ll sole splendeva nel più bel sereno. ll vento del mare spandeva, insiem colla sua freschezza, i profumi delle rose e de’ fiori d’arancio che cominciavano ad aprirsi. Nel palagio dei Re, per nuova disposizione, ora stata ingrandita la vasta sala delle cerimonie, resa accessibile al popolo e splendidamente decorata. Sotto un magnifico baldacchino di broccato d’oro stavan rizzati due troni, un seggio coperto di velluto con frange d’oro, e accanto ad esso, posta alquanto innanzi, una ricca seggiola a bracciuoli.
Poco prima del suo arrivo, preceduti, secondo il cerimoniale usato, dai loro araldi di armi, dalle trombe, dai messaggeri e dalla loro casa militare, i due Monarchi, cinta la fronte della loro corona, e vestiti di tutti gli attributi della sovranità, entrarono, e si assisero ciascuno sopra il suo trono.
ll Principe reale sedette sul secondo seggio.
La seggiola a bracciuoli rimase vuota.
l grandi ufficiali delle due case reali, i ministri, i consiglieri di stato si ordinarono a destra e a sinistra alquanto dietro ai troni. l dignitari d’Aragona da un lato; i dignìtari della Castiglia dall’altro; e più lungi gli impiegati delle due case civili, i cavalieri, gli scudieri, i paggi, ciascuno secondo il suo grado. ln luogo riservato avevano preso posto le dame del palazzo, i prelati, i ricchi signori, la nobiltà; al di fuori della balaustrata stavano in piedi gl’ intendenti delle due corone, e i borghesi che qualche dimestico della corte aveva introdotti colà per favore.
Al di fuori si udiva il fremito indescrivibile della moltitudine; le strette contrade di Barcellona erano stivate di una calca impaziente di vedere. A tutti i balconi adorni di fiori, di tappeti e di donne, si agitavano mazzi di fiori, ventagli e mantiglie. Da ogni terrazzo, e perfino dai tetti carichi di spettatori partivano mille voci confuse e tutte festose. A poco a poco queil ‘ immenso e sordo romore si fece più grande, si rinforzò, crebbe e si tramutò in tonanti plausi.
Le grida della calca e il ritorno de’ signori mandati alle porte della città, annunziarono l’arrivo del corteo. E tosto si vide entrare intorniato dagli ufficiali della spedizione, il vessillo reale, cosi felicemente ricondotto dall’altra riva del mar tenebroso; furono guardati con ammirazione quegli uomini dal colorito abbronzato che lo avevano seguito in mezzo a tanti pericoli. La curiosità divorava, per così dire, cogli occhi gli oggetti sconosciuti portati da quel Nuovo Mondo : le piante, gli animali vivi o conservati, sopratutto gl’ lndiani ignudi e timidi, dipinti il corpo in quella strana foggia.
Alla perfine apparve Colombo altrettanto semplice quanto modesto nella magnificenza della sua assisa. Ma il suo cuore era innondato da santa gioia, e la sua fronte raggiava di una serenità sublime. Trasparivagli dai lineamenti del viso il sentimento dell’augusta missione da lui adempiuta.
Scorgendo il Rivelatore del Nuovo Mondo, per un moto improvviso, i due Monarchi, alzandosi da sedere, fecero qualche passo innanzi, come per andare verso di lui, e gli stesero graziosamente le mani. Sempre sottomesso all’autorità, Colombo andava in segno di omaggio per baciar le mani reali, piegando il ginocchio secondo l’etichetta di Castiglia ; ma lsabella e Ferdinando non lo consentirono. La Regina, confusa a tale atto di modestia, lo fece sedere accanto a lei nel seggio che gli era stato preparato. «Don Cristoforo Colombo, disse lsabella, copritevi davanti ai vostri Monarchi: sedete accanto a loro. Sedete, Ammiraglio dell’Oceano, Vice-re del Nuovo Mondo.» Cogli occhi, che brillavano di gioia, di tenerezza e di ammirazione, la Regina «non sedette se non dopo che, comandato da lei, Colombo si fu coperto come un grande di Spagna, e si collocò nella seggiola stata collocata espressamente davanti al trono. Poscia che si ebbero gratulato con lui, i Re lo invitarono a far loro il racconto della sua scoperta.
lndarno fu le molte volte descritto il ricevimento di Colombo a Barcellona. Tutti gli storici, trascurando la parte spirituale e cristiana di questa solennità, hanno quasi passato sotto silenzio il discorso di Colombo per cosiffatta inaugurazione del Nuovo Mondo.
Siaci dunque permesso riparare questo oblio; e poiché il testo medesimo di tale allocuzione non ci é stato trasmesso fermiamo almeno l’ordine dei fatti e delle nozioni generali, la cui esposizione occupò quella seduta. [etc etc]
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Carta de Pedro Mártir sobre Colón
In one of his epistles, dated Barcelona, May 1st, 1493, and addressed to C. Borromeo, [Peter Martyr] says: « Within these few days a certain Christopher Columbus has arrived from the western antipodes; a man of Liguria, whom my sovereigns reluctantly intrusted with three ships, to seek that region, for they thought that what he said was fabulous. He has returned and brought specimens of many precious things, but particularly gold, which those countries naturally produce.»
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Primera edición de las constituciones catalanas de Johann Rosenbach
[Empieza «Constituciones fetes per lo illustrissimo e serenissimo senyor Rey don Ferrando Rey de Castella de Arago &c en la segona cort de Cathalunya celebrada en Barcelona en lany Mil.CCCC.lxxxxiii» y acaba «Divina favente clementia finitum et terminatum est hoc opusculum Constitutionum in principalissima et excelentissima civitate Barcelone principatus Cathalonie per Reverendum Magistrum Ioannem Rosenbach alemanum de Haydelberch…»]
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Cese una epidemia de peste
Cese la peste que habia afligido á la ciudad por espacio de ocho meses.
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Las monjas desnudas en sus clausuras y los mirones en sus casas altas le molestan a Fernando el Católico
Ferran II se presenta protector d’aquest monestir y a 3 Abril 1495, gestionà ab 1′ Hospital de Santa Creu «per la circunuicinitat que les dues cases stan», «que lo dit monestir haie empriu de les clauagueres del dit Hospital» y ab los Consellers de Barcelona, que, considerant «quanta stretura les monjes de aquell monestir tenen», «es justa y rahonable cosa, donar los límits conuenients, segons lo numero delles, nos ha occorregut que lo carrer qui affronta ab lo dit ort se pot vuir e aiustar en aque’l, per ésser cosa poc necessària a la re publica». A més los demanà que desitjan «que les monjes que en aquell habiten, seruen la honestat que deuen, E perquè algunes vegades les dites monjes, confiant que nengú fora del dit monestir, les pot veure,[1] no dupten anar despullades dins les clausures del dit monestir; de hont moltes vegades se segueix que, de les cases circunvehines, ab les sumitats que tenen, miren les clausures del dit monestir, e les monjes resten envergonyides», pregant no consentissen «que en spay de cent canes, casa ninguna puixa puiar tant, que de aquella se puixa mirar cosa alguna dins les clausures».[2]