Carta del Congreso Mundial Judío a Fortunato Benarroch comunicándole el permiso del gobierno franquista para abrir una sinagoga

Lisbonne, le 16 Janvier 1946

Monsieur FORTUNATE BENARROCH
Président de la Communidad Israelita
BARCELONA – Rambla Cataluna 97.

Cher Monsieur,

J’ai bien reçu votre lettre du 31 Décembre, dont j’ai envoyé une copie à New-York.

En même temps que cette lettre je vous envoie un télégramme ainsi conçue:

RECOIT INSTANT LETTRE GOUVERNEUR CIVIL BARCELONE MINFORMANT QUE CONSEIL MINISTRES A CONFIRME AUTORISATION OUVERTURE SYNAGOGUE BARCELONA STOP PHOTOCOPIE LETTRE GOUVERNEUR SUIT STOP BECIMANTOV BEMASALTOV – WEISSMAN

Vous verrez ainsi que cette question est complètement terminée. J’espère que vous avez déjà trouvé dans l’entretemps un local appropríe et que vous pourriez bientôt fêter l’ouverture de la Synagogue.

[…]

Cela a été pour moi un très grand plaisir de vous annoncer cette bonne nouvelle.

Mes voeux les plus sincères vous accompagnent tous et je vous prie d’accepter, cher Monsieur, mes meilleurs salutations.

[firma]

Isaac Weissman

Comentarios

Una respuesta a «Carta del Congreso Mundial Judío a Fortunato Benarroch comunicándole el permiso del gobierno franquista para abrir una sinagoga»

  1. Avatar de Alberto Pernales
    Alberto Pernales

    Hay una fascinante memoria de la sobrina de Fortunato, Aquiba Benarroch, aquí. Dice esto, y mucho más:

    Cuando las tropas de Franco ganaron la guerra y ocuparon en último lugar Barcelona y Madrid, ciudades en donde se concentraban algunas comunidades judías, en las dos capitales destruyeron y profanaron las dos sinagogas y centros comunitarios y todos los objetos de culto desaparecieron… En Barcelona estaba en la calle Balmes, esquina con Provença. También destruyeron el edificio y todos los objetos de culto desaparecieron. Se prohibió la existencia de comunidades judías organizadas así como la instalación de sinagogas. Aunque para ser sinceros también estaban prohibidos los templos protestantes…

    No fue sino hasta el año 1943, cuatro años después de finalizada la guerra, que el gobernador de Barcelona de la época, gracias a las relaciones amistosas que tenía un tío mío en el ambiente textil, lo que le permitió llegar hasta a él, autorizó la celebración de Rosh Hashaná y Kipur en un teatrito, el Escuela, en la calle Consejo de Ciento. Pero, hubo que esperar aun para que se autorizara la instalación de un templo, que se concedió a título personal a nombre de mi tío, don Fortunato Benarroch, «para que él se reuniera en un apartamento con amigos judíos a celebrar los rezos según la religión mosaica, con la condición de que no existiera ningún signo exterior que se identificara como sinagoga, y que no hicieran ruidos en sus cánticos». Era además la época de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de la autorización nos vimos sometidos en varias ocasiones a visitas de la policía e incluso una vez lanzaron un artefacto explosivo en el portal del edificio en donde estaba la sinagoga que causó algunos daños materiales.

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