En su piso de Barcelona se celebró la mítica fiesta de despedida de Barcelona a los Vargas Llosa en 1974…
Sí, entonces sólo teníamos el 3.º 3.ª, y ahora tenemos toda la planta. Aquella fiesta fue gloriosa, estaban García Márquez, Vargas Llosa, José Donoso, Jorge Edwards, Ricardo Muñoz Suay… duró dos días porque a Mario le retrasaron un día la salida de su barco al Perú. Y no se me ocurrió nada mejor que decir: «¡Que continúe la fiesta!». Los Vargas Llosa ya habían cerrado su casa de Barcelona, ¿qué iban a hacer? ¿Irse a un hotel? Era más fácil continuar bailando.
Fue la fiesta final del boom, ¿no?
Fue uno de sus finales. Hay muchos finales del boom, depende de cómo se cuente. Esa fiesta fue el final feliz. Todos los desafectos son posteriores a aquella fiesta, sí.
Los otros finales no son felices…
¿Quién dice que no? Los autores vivos siguen vendiendo todos ellos montones de libros. Y los que se han muerto disfrutan de la vida eterna. ¿Se le ocurren finales más felices?
No todos siguen siendo amigos.
Pero es que esa no era la finalidad del boom. El invento de la palabra boom no fue para constituir una fraternidad de amigos, para relacionarse afablemente e irse de excursión al campo con las familias. No, no, no… Aquello era un lobby, algo que tiene que ver con el poder literario. Con vender, ¿comprende? Vender. Y, tantas décadas después, aún funciona el invento. Venden millones de ejemplares. Son excelentes escritores. Hay intentonas de imitar aquello, de crear grupos aquí y allá. Pero los que venden son los chicos del boom: Gabo, Vargas Llosa, Cortázar, Fuentes, Donoso, Allende…
Comentarios del compilador
Fecha en [ref3753].
No conocía la historia de la fracasada compra del Principal por parte de Balcells. Es una pena.