Por la noche secuestran la imagen de la Virgen de Núria, patrona de la diócesis de Urgell, que tenia que ser coronada solemnemente por el cardenal arzobispo de Tarragona, Dr. Arriba y Castro, con sermón de D. Marcelo. Después de unos días de incertidumbre y de rumores se confirma que a pesar de todo, la coronación tendrá lugar el día 13 con una copia de la imagen auténtica. La Misa se celebra en la plaza exterior. D. Marcelo hace un gran sermón. Mientras predica, muchos ojos miraban fijamente al vicario de Ribes, Rvdo. De la Hoz, (secularizado más tarde) como uno de los cómplices del secuestro. Al final de la ceremonia, los comentarios versan sobre las exigencias de los secuestradores: “Queremos obispos catalanes”, la expulsión de D. Marcelo, la del cardenal de Tarragona, el retorno del abad Aurelio Escarré…
Años más tarde, el 3-IX-1992, el semanario Catalunya Cristiana publica lo siguiente:
Hace 25 años que secuestraron la imagen de al Virgen de Núria.
Los secuestradores eran cristianos que reclamaban obispos catalanes. Este verano se han cumplido 25 años del secuestro pacífico de la imagen de la Virgen de Nuria, consumado por un grupo de patriotas catalanes entre los que se encontraban algunos escoltas de agrupaciones de Barcelona, animados por sus consiliarios. El objetivo principal de aquella acción fue difundido posteriormente por medio de unas hojas clandestinas que se repartieron en muchas parroquias del Principado en las cuales se decía que se quería evitar “la profanación de la imagen que había de ser coronada el domingo siguiente en un acto de propaganda por un régimen que imponía obispos de ocupación castellanos y persigue nuestra lengua y cultura, y combate la personalidad de Cataluña”. El secuestro de la imagen tuvo lugar exactamente el 9 de julio por la noche, aprovechando que había una puerta que permitía el acceso desde el hotel hasta el camarín de la Virgen. Uno de los secuestradores era carpintero y le fue relativamente fácil superar este obstáculo. Entonces cogieron la imagen, la pusieron dentro de una mochila envuelta con ropa y un caso para protegerla y abandonaron el hotel a medianoche.
Fueron a pié por los caminos de montaña hasta Queralbs y de aquí en coche y por carreteras secundarias hacia Girona. Finalmente al cabo de unos días trasladaron la imagen a una casa rural del Vallès y de aquí hasta un piso de Barcelona.
Mientras, los diarios dieron la noticia de la desaparición de la imagen calificándola de “robo sacrílego”. El entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, dio la consigna de no hablar más del hecho hasta que se detuvieran a los autores, pero a pesar de sus intensas pesquisas, ni la policía ni la Guardia Civil no consiguieron nunca encontrarlos.
Por otra parte, se hubo de coronar una reproducción de la imagen original, no asistió el nuncio del Papa como estaba previsto y la fiesta resultó insípida. Unos años más tarde, exactamente el 29 de enero de 1972 el abogado barcelonés y luego senador Josep Benet devolvió la imagen al obispo de Urgell, que era Joan Martí Alanís, bajo secreto de confesión. Se habían cumplido buena parte de las condiciones que habían puesto los secuestradores. El obispo castellano Marcelo González había dejado la sede de Barcelona unas semanas antes, el Abad Escarré había vuelto de su exilio, aunque ya difunto, y el general Franco había renunciado al privilegio de presentar candidatos al Vaticano para nombrar nuevos prelados, de acuerdo con la doctrina del Concilio…
Por último los supervivientes de la operación piden que el actual Capellán del Santuario de Núria explique siempre a los visitantes este episodio de su historia reciente.
M. Caballé.
Comentarios del compilador
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