Fusilados en Barcelona los generales rebeldes Goded y Fernández Burriel por su participación en el alzamiento
Cuando el general Goded le llegó el momento de ser fusilado, fusilamiento que no pudieron evitar las gestiones políticas, inferiores en fuerza coactiva a las presiones de las masas catalanas, que urgían el cumplimiento de la sentencia, el reo se presentó ante los soldados perfectamente vestido y afeitado. Había dedicado a su última compostura cuidados minuciosos. Con un cigarrillo en la mano, bien pegada la ceniza al fuego, asistió a los preparativos del pelotón y, cuando todo estuvo listo, aspiró una bocanada de humo, arrojó la punta del pitillo y, afirmando los pies a la tierra, miró cómo los fusiles le enviaban la muerte a clavársele en el pecho. La trompetería de la tropa presente alborotó la mañana con la notificación de que la justicia estaba hecha.
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