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Año: 1775
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Sobre san Emiterio, Emeterio, Meterio, Medí, Madi, Matino o incluso Medir
Del labrador S. Emeterio, ó Meterio.
78 El nombre de este santo se escribe Emiterio, Emeterio, y Meterio (que en lengua vulgar es S. Medí y Madi), y también se lee Matino en la oracion impresa por Domenec sobre el dia 3 de marzo. Todos denotan una misma persona, nombrada con variedad, pues en una misma escritura de las que le expresan en el monasterio de S. Cucufate, se lee Emeterius y Meterius, como asegura el docto padre Caresmar, que las ha reconocido.
79 Sirven estas escrituras para autorizar lo perpetuado que hasta ellas venia el culto de san Emeterio, pues una que corresponde al año 1111, dice: In termino S. Cucufatis, in valle quem vocant Gausaco, in loco quem dicunt S. Emeterii martyris. Otra del año 1117 expresa: Domos S. Meterii… Olivae quoque sint ad illuminandum ecclesiam S. Meterii. Sunt vero haec omnia in comitatu Barchinona in termino S. Cucufatis, in valle S. Meterii, in locum qui dicitur Campus de Olivaria, etc. Otra añade la carga de dar una libra de cera anualmente para la fiesta de san Emeterio: Donetis per unumquemque annum libram unam cerae ad festum S. Emeterii: y otra refiriendo límites usa de los dos nombres expresados: In ipso rivo, qui est ante domum S. Emeterii… ut teneas in vita tua in servitio S. Cucufatis et S. Meterii, etc. año de 1047. Por cuyas escrituras se vé el culto, la fiesta, la iglesia, lámparas y cera, con el sitio de la dicha iglesia, cerca de la de S. Cucufate, donde se mantiene su templo con muestras de notable antigüedad, que aunque no sea tanta como la de el año CCCCXXXXVII, grabados en una piedra sobre la puerta, autoriza mucha antigüedad en el culto. Véase el citado Caresmar en la disertación de S. Severo, desde la pág. 85.
80 En esta iglesia (intitulada S. Medi, que se pone en el mapa cerca de S. Cugat), tiene culto particular el santo, donde se celebra en el dia tres de marzo, propio de S. Emeterio y Celedonio, por hallar su nombre en aquel dia, no por corresponder al martirio, pues el Labrador padecio en el dia que S. Severo, 6 de noviembre. Allí persevera la memoria del campo donde sembraba las habas; y dos de estas se guardan entre las reliquias del monasterio de S. Cucufate, no enteras, sino quebrantadas en cinco partes, que muestran corresponder al tamaño de dos habas, pero entero cada fragmento sin corrupcion. El monasterio se halla firmemente persuadido á ser habas de las sembradas por el Santo: y aunque los bolandianos no se inclinan á esto, es sin prueba; y los inconvenientes que se aleguen, perderán la fuerza con el hecho de mantenerse allí las reliquias de S. Cucufate y S. Emeterio, que el mencionado Caresmar asegura haver visto conservadas allí muy religiosamente [p. 93]: y los siglos y guerras que no bastaron á extraer ni consumir los cuerpos de los santos, tampoco debieron prevalecer contra las habas, por ser mano superior la que dio perpetuidad á las reliquias.
81 Consta pues la tradicion del martirio y culto de S. Emeterio el Labrador, que demas de las escrituras alegadas, perpetuaron unas pinturas, referidas por Domenec, como existentes en el altar antiquísimo de la iglesia de S. Madi, con el santo sembrando las habas y estas floreciendo. Refiere Domenec no saberse el sitio del cuerpo de S. Emeterio, aunque se inclina á que fué transladado como el cuerpo de S. Severo al monasterio de S. Cucufate, y allí existe, como nos asegura Caresmar, que dice haberlo visto.
82 Propagóse tambien el culto de S. Medi por otros lugares de Cataluña que tienen su nombre, y por iglesias, llegando hasta S. Isidro el Real de Madrid, donde tiene estatua en el altar mayor con las de otros santos labradores.
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Inauguración del cementerio de Poblenou, un hito en la historia del cementerio en España
Por paradoja la construcción de cementerios se justificaba incluso por motivos piadosos; en efecto, cuando se llenaban las sepulturas de las Iglesias, para limpiarlas había que echar los huesos a lugares profanos, pero la consideración de que estos huesos podían pertenecer a bienaventurados creaba problemas a cuantos no podían sufrir que fuesen depositados en sitio poco decente. Por este motivo el obispo de Barcelona José Climent mandó construir a sus expensas un cementerio común a todas las parroquias y lo consagró con toda solemnidad para que el pueblo dedujera el respeto que se merecía aquel lugar. En la ceremonia pronunció una «Plática que en conformitat de lo que disposa lo Pontifical Romá, feu lo Illustrissim Senyor Bisbe de Barcelona, en lo día 13 de Mars de este any 1775, antes de comencar la bendició del cementery, que de orden y a costas de su Illustrissima se ha construit comú a totes les parroquies de esta ciutat»: de este modo contribuyó a la aceptación de este tipo de enterramiento.
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Una representación de Cid Campeador; la situación militar-pirata
Barcelona, November 10, 1775.
YESTERDAY, being the festival of Saint Charles Borromeo, the king’s patron, was kept as a day of Gala. All the officers waited upon the governor in grand uniform; the theatre was illuminated, and crowded with well-drest company, which made a very handsome shew; the price of admittance was raised from half a pistreen to a whole one. The pit is divided into seats, let by the year, each person keeping his own key; the boxes are taken for the season, and the upper gallery is filled with women in white veils, and no men allowed to sit among them; so that a stranger is at a loss for a place.The play was the Cid Campeador, an historical tragedy, written with a great deal of fire, and force of character. The actors, in the old Spanish habit and Moorish garment, seemed to enter more than usual into the sense of the author. In all tragedies they drop a curtesy, instead of bowing, to kings and heroes. A pretty ballad was sung by a woman, in the smart dress of a Maja or coquette: she wore her hair in a scarlet net, with tassels; a striped gauze handkerchief crossed over her breast; a rich jacket, flowered apron, and brocade petticoat. I observed the pit was crowded with clergymen*.
I passed the morning in the cabinet of natural history belonging to Mr. Salvador. The botanical specimens are the most perfect part of the collection, though, he possesses many rare things in every other branch of that study. This afternoon has been employed in copying out lists of the Spanish forces, with their regulations; a succinct account of which may perhaps be interesting to you at this period, when our politicians in England
seem so much afraid of them, and whilst their late unsuccessful attempt against Algiers still renders them the general topic of conversation.* Since the fire which in 1778 consumed the theatre at Saragosa, the king has forbidden any playhouses to be opened, except in the cities of Madrid, Barcelona, Seville, and Cadiz.