Año: 1705

  • Pacto de Génova «para establecer en la monarchia de España a su verdadero Rey Carlos III Archiduque de Austria en que dicha Serenísima Reyna [de Inglaterra] promete su garantía perpetua para asegurar los privilegios y leyes de dicho principado [de Cataluña]»

    … los Illes. Sres. D. Antonio Peguera y Aymerich, y el Dr. en ambos Derechos Domingo Perera, en nombre propio y de los Illes. Sres. de quienes se hallan con authorizadas Credenciales y Comissión…

    1. El lile. Mitford Crow promete y asegura: que a fin de facilitar y ayudar a los Naturales y Habitantes del M. Illre. Preclaro y Inclito Principado de Cataluña a apartar el violento Dominio de la Francia, lo que los Altos y Poderosos Aliados, y principalmente la Inglaterra, asseguran y prometen: que el número de las tropas Aliadas de desembarco que se destinarán para Cataluña será efectivo de 8.000 Infantes y 2.000 Cavallos, poco más o menos.
    2. Como los dichos Illes. Sres. asseguran la grande inclinación de los Naturales a sacudirse el yugo de la Francia, ya auxiliar con sus Armas a los justos fines de los Altos Aliados; y esperar que concurrirá crecido número de Gente luego de executado el desembarco; y que no todos tendrán buenas armas y municiones: promete que se desembarcarán también hasta el número de 12.000 fusiles, para armar a los naturales que no tendrán armas: y que toda la gente de armas destinada al servicio será provista de Pólvora y Balas; y uno y otro expressado en este Capítulo será distribuido por los Comissarios de Inglaterra o Altos Aliados, interviniendo los dichos Sres.
    3. Siendo la intención de la Serma. Reyna de Ingalaterra no gravar ni molestar a los Naturales de la muy noble Nación Catalana, antes bien protegerles para su mayor bien, consuelo y libertad: dicho IlIre. M. Crow promete y assegura que la Serma. Reyna pagará real y efectivamente los 6.000 hombres armados que los dichos IlIres. Sres. prometen que serán efectivos y prontos a unirse con las tropas de Desembarco: y queserán pagados por los Comissarios o Tesoreros de la Serma. Reyna hasta que el Sermo. Rey Carlos III diere las providencias para la paga efectiva de dichos 6.000 hombres.
    4. Siendo justo y proporcionado a la razón compensar con el premio al mérito que se gana con el riesgo y con el honor: y declarando los dichos Illes. Sres. que con los Sres. de su Comisión desean servir al Sermo. Rey Carlos III ya sus altos Aliados; y que de dichos 6.000 hombres que prometen efectivos se formen Regimientos de Cavallería y Infantería, conforme parezerá conveniente; y que de dichos Cuerpos sean los dichos Sres. nombrados oficiales: El dicho Iltre. Sr. Mitford Crow promete que, de los dichos 6.000 hombres, los dichos Sres. serán nombrados Capitanes, ellos y los demás sugetos que dichos Sres. destinaren; y que assí mismo serán a su voluntad nombrados los Tenientes y Alférezes; bien entendido que la Nominación de Coroneles, Tenientes-Coroneles y Sargentos Mayores quede reservada a la voluntad y Elección del Sermo. Rey Carlos 111, o de los Generales de los Altos Aliados.
    5. En consideración de que los dichos IIlres. Sres. asseguran que, según las Leyes del Principado de Cataluña, está establecido que el Rey que según Derecho y Leyes de Cataluña entra en Possessión del Dominio deve en su ingresso Jurar las Leyes, Constituciones y Privilegios: El dicho Iltre. Mitford Crow promete, informado de las rectas intenciones del Sermo. Rey Carlos III, y insiguiendo las Ordenes de la Serma. Reyna de Ingalaterra, que instará, pedirá y solicitará los Poderes del Sermo. Rey Carlos III para assegurar el total cumplimiento y seguridad de que las Leyes de dicho Principado no serán alteradas en la más leve práctica de ellas; y en el caso de importar al dicho Principado, para mayor conservación de sus leyes (contra lo que no deve presumirse de la rectitud del Sermo. Rey Carlos III, ni dichos Sres. lo dudan en la más leve circunstancia), ofreze y promete, ahora, y por cualquier acaso que pudiesse sobrevenir, toda seguridad y garantía, de que los Privilegios y Leyes del Principado no sufrirán la menor alteración en todas sus circunstancias.
    6. Para más manifestar el zelo al bien público y la inclinación de la Serma. Reyna de Inglaterra a la Inclita y Noble Nación Catalana: el dicho Iltre. Mitford Crow promete que siempre y cuando (lo que Dios no permita) sucediessen adversos e imprevenibles successos en las Armas:
      Assegura que los dichos Sres., las Personas de su séquito y demás Naturales y Habitantes de dicho Principado que se declararen y tomaren las Armas a favor del Srmo. Rey Carlos III y Altos Aliados, auxiliados y ayudados de las Armas de Ingalaterra y sus altos Aliados para el fin de sacudirse el oneroso yugo de la Francia, quedarán con toda seguridad, garantía y protección de la corona de Ingalaterra, sin que puedan padezer la más mínima alteración ni detrimiento en sus Personas, Bienes, Leyes, ni Privilegios; de modo que ahora y en lo venidero goze el Principado de Cataluña de todas las gracias, privilegios, leyes y costumbres, tanto en común, como en particular, del modo que dicho Principado gozava de dichos Privilegios, Leyes y Gracias, en el tiempo del difunto Rey Carlos II.
    7. Como el sincero y Real ánimo de la Srma. Reyna de la Gran Bretaña sea de assegurar con toda su Protección a los Reynos, Dominios, Señoríos y Provincias de España que se declararen a favor de su legítimo Rey Carlos III y de los Altos Aliados; y de que sean conservados y mantenidos sus Privilegios y Leyes, y en particular los del Muy Iltre. Principado de Cataluña, assegurada de que se declararán con esfuerzo sus Naturales: El dicho Iltre. Mitford Crow promete que, luego de ocupada la Plaza de Barcelona, o antes si importare, declarará, de palabra y por escrito, a los Diputados del Principado de Cataluña, o a otras Personas destinadas a representar los Comunes del dicho Principado, y expressará y ratificará todo lo contenido y convenido en el presente tratado, a fin de que ni ahora, ni en algún tiempo, los Naturales y Habitantes del dicho Principada puedan ni devan sufrir la menor duda de que sus Privilegios y Leyes serán con todas las formas mantenidos y conservados.
    8. Los sobredichos IItres. Sres. Antonio Peguera y Aymerich y el Dr. Domingo Perera, en nombre propio y de los Iltres. Sres. de su Comissión, atendiendo y reconoziendo que por los antecedentes Capítulos quedan los Naturales del Principado de Cataluña, tanto en Común como en Particular, assegurados en sus Personas, Bienes, Leyes, Constituciones, Privilegios y prerrogativas, Prometen que, luego de desembarcadas las Armas Aliadas en el Principado de Cataluña, reconozerán por su Legítimo Rey, Señor y Successor de toda la Monarchía de España, según las Constituciones y Leyes del Principado, al Srmo. Carlos 111, Archiduque de Austria, acceptándole por su Rey y Señor Natural.
    9. Los dichos Iltres. Sres. en los sobreexpresados nombres prometen que diez horas después de tener ellos aviso de que la Armada Marítima de Ingalaterra o Altos Aliados esté ancorada en las Costas de Levante, desde la Ciudad de Barcelona hasta las Costas de Francia, marcharán desde las montarlas y partes de la Ciudad de Vique, en número de 6.000 hombres, armados y capitaneados por los dichos Sres., y se juntarán con las tropas de Ingalaterra y Aliados, y obedecerán las órdenes … y quanto les mandaren en servizio de su Rey y sus Altos Aliados.
    10. Prometen assí mismo que procurarán y tendrán en el Campo, tres días después de desembarcadas las tropas, todas las Azémilas necessarias para el tren de la Artillería y Bagages correspondientes para el número de las tropas.
    11. Prometen assí mismo que las tropas que se desembarcarán serán Alojadas en las Villas y Lugares según las Constituciones y Leyes de Cataluña y como en el tiempo del difunto Rey Carlos II.
    12. Prometen assí mismo, para que los Successos de las Armas no tengan el menor retardo, que dispondrán conduzir al Campo las Faxinas, Pertrechos y demás cosas necesarias, a Costas y Gastos de los Naturales.
    13. Prometen assí mismo que, baxo la buena fe y palabra que el M. Iltre. Mitford Crow les da y promete de que todas las sumas de dinero que constare haver empleado, assí en juntar las Gentes, como en la paga de ellas, y las demás importancias, serán real y efectivamente pagadas … Y finalmente han convenido las Iltres. Partes Contractantes en que se designará el Mes y Día en que dichos Sres. y sus Gentes deverán públicamente proclamar por su Legítimo Rey y Señor al Ser.mo Rey Carlos III Archiduque de Austria. Conviniendo también las Partes en tener secreto ahora este tratado, por los grandes perjuizios que podrían ocasionarse a dichos Sres., a sus Gentes y demás Naturales y Habitantes del Principado de Cataluña …
  • Peterborough desembarca en Barcelona

    Peterborough landed, took the small fort of Denia, circulated proclamations in the name of Charles III, and, finding the disposition of the Spaniards in those parts to be very favorable, and that insurrections against the French claimant, Philip, had broken out in other quarters, he, with his characteristic daring, proposed making a forced march inland, and setting the Austrian on the throne at Madrid, which capital he was confident he could carry by a coup de main. But those who were acting with Peterborough had none of his romantic boldness ; his project was overruled, and he was constrained to go and undertake the siege of Barcelona. It may bo doubted whether it would not have been easier to march and take Madrid. There were 5000 brave men within the walls of Barcelona—the Spaniards in all ages have been famous for their resistance in such places—and the fortifications had recently undergone considerable repairs. Yet Peterborough landed, and sat down before the place in the end of August with little more than 6000 effective men.

  • Peterborough toma Montjuic; muere su compañero, Jorge de Darmstadt, un nuevo Cristo

    The English and Dutch generals serving under him were all of opinion that the attempt amounted to madness; but he persisted; and, throwing off all the trammels of routine and military pedantry, he carried on the siege in a way that confirmed all the old generals in their notion that the man was mad. They said that it was impossible such wild and irregular plans could succeed; but they succeeded nevertheless.

    It was, for example, against all rule and precedent to attack the castle before taking the town; but Peterborough saw that, if he could only take the strong castle of Montjuich, which commanded the town, first, the town itself must soon fall: he perceived at once that the arduous part of the undertaking was the capture of the castle; and, therefore, he resolved to begin with it while his men were fresh and vigorous, and free from those casualties and miseries which inevitably attend protracted sieges.

    Accordingly, he took a near view of the castle in person, discovered enough to convince him that the garrison in it was neither strong nor vigilant; and then, pretending to give up his enterprise, he reembarked some of his troops, in order to make the Spaniards believe he was on the point of sailing away. Communicating his real design to none but the Prince of Hesse Darmstadt, Peterborough, on the night of the 3d of September, suddenly put about 1400 men under arms, and sent them by two different byroads to fall upon the castle.

    The first body, consisting of 800 men he led in person, having the Prince of Hesse Darmstadt with him, who had volunteered to partake in the hazard. «The second body,» says Burnet, «were led by General Stanhope, from whom I had this account.»

    About daybreak Peterborough fell upon the defenses of the castle, and, with no artillery with him except a few small field-pieces and mortars, he established himself on the outworks; but the Prince of Hesse Darmstadt received a shot in his body, fell, and, expired soon after; Stanhope, owing to some of his men mistaking their way, did not come up for some time; and the Spanish governor made a fierce sally from the body of the castle, hoping to sweep the assailants down the hill before him. But Peterborough and his brave men kept their ground: the Spaniard, thinking them more numerous than they were, wheeled round without coming to blows, and ran back within the castle.

    Then Stanhope’s men came up, and Peterborough threw a few bombs into the castle. One of these bombs fell into the powder magazine, blew it up, and caused the death of the governor and some of the best officers, and thereupon the rest surrendered without delay.

  • Peterborough toma Barcelona para Carlos y rescata a una guapa de la multitud

    Then Peterborough directed his attention to the town below, reached the walls, and induced the governor, Velasco, to agree to surrender within four days, if not relieved. Relief was out of the question; and within the town the Austrian partisans were numerous and daring: bands of Miquelets, a sort of lawless association of Catalans, threatened to throw open the gates, and subject the whole city to fire, sword, and plunder; so that even before the time mentioned, Velasco was forced to capitulate, and to entreat the enemy to enter, and secure him and the respectable inhabitants from the fury of the Miquelets and the rabble of the town. Peterborough, like a preux chevalier, rode into Barcelona instantly with only a few attendants, and rescued from the rabble a beautiful lady, who proved to be the Duchess of Popoli, the wife of a grandee of Spain, who derived his title from a town in the Abruzzi. and who possessed, or, rather, had possessed, immense estates in the Neapolitan kingdom. He restored the fair lady to her lord: and, riding through a loose, mad fire of guns and pistols, and making use of persuasions and of the flat of his sword, he at last succeeded in reducing that rabble rout to order, and saved the lives of the governor and his officers.1 «The Spaniards,» says Voltaire, «were confounded at the sight of so much magnanimity in the English, whom the populace had taken for pitiless barbarians, because they were heretics.» Immediately after this remarkable achievement, the whole of Catalonia and every fortified place in it, with the exception of Rosas, submitted to Charles. But Peterborough was not the man to sleep under his laurels ; he flew in search of fresh exploits, and led his troops over the ground as fast as Spanish cabinet couriers traveled.

    1 » The Earl of Peterborough, with Stanhope and other officers, rode about the streets to stop this fury, and to prevail with the people to maintain their articles of capitulation religiously; and in doing this, Stanhope said to me, they ran a greater hazard, from the shooting and fire that was flying about in that disorder, than they had done during the whole siege.»—Burnet.

  • Es proclamado rey de España el archiduque Carlos de Austria en Barcelona

    Llegó el dia 7. de Noviembre, dia de la solemnissima, y deseada entrada del Rey en Barcelona: el universal jubilo de sus fieles vasallos, no cabe en mi corta ponderacion: Juró su Magestad como es costumbre, en el Llano de San Francisco por las Islas, esto es la union, é inseparabilidad de las Islas, y condados de Ruisellon, y Cerdaña, del Condado de Barcelona, y Reynos, y algunos Privilegios de Barcelona, y en la Cathedral por la Iglesia.

  • Villancicos para el archiduque Carlos en la catedral

    El 8 de Octubre de 1705 los aliados toman Barcelona y el 9 de Octubre, Carlos III establece en ella su Corte. Un mes después, el 9 de Noviembre, Barcelona organiza celebraciones religiosas en acción de gracias por la estancia en ella del rey Carlos III. Así, en la Catedral se cantan unos villancicos en los que se dice:

    Es de Carlos Soberano
    Monarca tan glorioso, de Espiritu tan fuerte y animoso,
    tan benigno y humano

    Es de ingenio tan claro
    prudente y entendido
    que sobre lo nacido
    a su juicio raro
    no se halla abilidad, arte ni ciencia
    que facil no aya sido a su Experiencia…

    [y]

    Ya que esta Esfera mejoro de Sol
    cuyos rayos benévolos están
    influyendo piadosos otro ser
    al Cuerpo siempre Fiel de esta Ciudad…

    [y]

    Que es esto Barcelona
    que nueva tan feliz tu voz pregona?

    Ayer entre pesares y solloços;
    y Oy entre alegrias y alboroços?
    Ayer metida en penas y tormentos
    y Oy triunfando en gozos y contentos?

    [y]

    Solo en Carlos
    hallo Oraculo, Solaz
    Libertad, Rey, Conde, Amparo
    ….
    y otras Señales, tan claro
    dizen, como el Padre Nuestro
    el que viene a libertarnos.
    Las cosas que han sucedido son un continuo milagro
    ….
    Son a Maria estos Cultos
    por nuestro Rey consagrados:
    porque esta Reyna es patrona
    del Austriaco cuydado:
    Y porque aquesta Conquista
    se deve al favor Mariano
    …. (Villancicos, 1705)

    Como vemos, en estos villancicos -y en actos posteriores- se dará la réplica a la imagen elaborada de Felipe: si éste es fuerte, valiente “animoso” –como se le llamó-, también lo es Carlos quien, al igual que Felipe, lucha valientemente en las batallas; si es inteligente, también lo es el segundo; si es joven, sano, bello y, por tanto, con un futuro de prometedora descendencia, también lo es Carlos; si es religioso y favorecedor de la religión, también lo es Carlos, insistiendo en este aspecto para tratar de eliminar el perjudicial efecto propagandístico del carácter protestante de parte de sus aliados, efecto muy explotado en el lado felipista. Al contrario, entre los seguidores de Carlos, se presenta a Felipe como miembro de una monarquía que ha abandonado las exigencias religiosas y que es esencialmente impía. Además, Carlos, en Aragón, Cataluña y Baleares, por la promesa de respetar sus fueros, es presentado como libertador de quien los oprimía, Felipe, cuyo abuelo, Luis XIV era causante de la guerra y de las pretendidas particiones entre los reyes europeos de los reinos que conformaban la corona española hasta estos momentos.

  • El archiduque Carlos de Austria abre cortes

    El archiduque Cárlos de Austria abre córtes en el salon de san Jorge en el palacio de la diputacion.