Salen 500 hombres para detener la inminente invasión hereje-francesa de Rosellón

Savíase por mui cierto que el francés hacía muchos aprestos de guerra en el Lenguadoc, y que todo era para invadir Cathaluña y sitiar la plaza de Salsas, en desquite del suceso de la Ocata (Leucata llamada siempre Ocata y Laocata en todos los documentos catalanes de la época) y de Fuenterravía de que se hallava mui amargo; y así quiso probar por acá su suerte.

En vista de tanto aparato y de los avisos que llegavan, por orden de S. M. partió el Conde de Santa Coloma, Virrey que era, á 4 de Maio 1639 para Gerona, desde donde diese calor á las fortificaciones de las plazas marítimas, y de las de tierra, que con los recelos de lo venidero se añadía algo á los presidios para su maior defensa.

Al mismo tiempo se empezaron por las ciudades, villas y lugares de Cathaluña á levantar gente, para lo qual salieron algunos ministros y gente de suposición. Para la maior brevedad, en 2 de Junio la ciudad de Barcelona puso tres banderas para levantar 500 hombres, que en cinco días naturales estubieron ya efectivos: dávase á cada soldado 40 rr(eale)s de entrada y dos de sueldo, con su pan de munición todos los días. Los Cavos eran Don Antonio Doms (D. Antonio de Oms), Don Luis de Paguera y Don Luis Tord; á los mosqueteros añadieron de ventaja diez rr(eale)s todos los meses: partieron el día 8 de Junio y todos lindos mozos.

Sávado á 11 de Junio de 1639, entró el francés y cinco mil cavallos, la maior parte de la milicia eran ereges esguicaros [esguízaro] y suecos. Entró con furia francesa y como no halló oposición, en breve corrió la cavallería toda la campaña, arruinando y talando el país. Tomaron á Claria (Clayrá) y á Rivas Altas, dos villas arto buenas en donde hicieron plaza de armas, corriendo después el Condado de Rosellón, entrando en las villas y lugares, saqueando todos los que les hacían resistencia.

Tomaron Estagel (Estagell) y después á Opul (Opol), cuio castillo sin hacer arma alguna, le entregó infamemente el capitán, de nación castellano (Don Luis Núñez, flamenco de Bolduque), y todos asiguravan era imposible rendille, menos que á costa de muchas vidas, así por el terreno en que está fabricado, como por tener bastante guarnición para su defensa.

Encaminóse el capitán á Perpiñán, en donde el Marqués de Torralua (Don Juan Torralto de Aragón que en 11 de Junio de 1639 escribió al Virrey la carta [que pongo en el comentario]) general le mandó dar un garrote, y al alférez quitar la caveza. Imputábanle de traidor y que por 500 doblones havía vendido el castillo, pero hasta los últimos trances de su vida estuvo siempre en que por covarde lo havía entregado.

Comentarios

Una respuesta a «Salen 500 hombres para detener la inminente invasión hereje-francesa de Rosellón»

  1. Avatar de Alberto Pernales
    Alberto Pernales

    La carta antes mencionada:

    Con arto sentimiento doy aviso á V. exª. como esta tarde han llegado á esta villa rendidos los soldados de Opol: su cabo se ha aportado tan ruhinmente dándose á segundo dia sin otro aprieto, que haber visto el cañón al pie de la penya muy lexos de donde era imposible subirse arriba: da por escusa de haverle amenassado con un petardo, del cual tampoco podia ser offendido, teniendo como convenia su puerta terraplenada por que estos solo pueden iugar por la enterpresa. Se (ha) enviado preso á Don Juan de Menesses y encargado al Auditor General le haga al punto la causa y despache, para que su castigo sea de exemplo y terror si bien tales vilesas merecían ser castigadas á fuero de guerra, que lo he escusado, por ser de la jurisdicción del dicho Don Joan. (Manual de cartas comunas originals de 1639-1640.—Arch. municipal. Barcelona.)

    Carta que en 11 de Junio de 1639 Juan de Menesses dirige al virrey:

    Oy á las sinco de la tarde me vino aviso de que el Alcayde de Opul, castillo en extremo fuerte, se había rendido, y poco después llego el dicho Alcayde con toda su gente sana y buena, esceto un soldado que trahia una mano herida por habérsele reventado su mosquete: no quise ver el dicho Alcayde sino al passar por donde yo estava, le trató á voces como merescia su poco valor, haviéndome hecho grandes promesas de que aquellas murallas serian su sepultura, y teniendo mucha gente escojida, mucho que comer, y mucho que tirar; he sentido grandemente esta pérdida assi por el puesto tan importante, como por el brio que los enemigos han tomado y por conoser se han desanimado los nuestros, que tales effectos hasen semejantes pérdidas en gente bisonya y de pocas obligaciones, como es casi toda la que tengo aqui, y luego como á las siete de la tarde llegó un vecino de Clayra lugar sin deffensa que occupa el enemigo y me dijo que el mariscal monsuir de Santones Gobernador de Leucatay conoscido mio, le habia hecho grandes caricias y mandándole me viniese á decir de su parte que dentro tres dias me vendría á ver. Algunos prisioneros que ha cogido nuestra caballería, disen que traiha mas de quarenta piezas de artillería gruesas, con todo su tren y mas de quinientos carros, treinta mil infantes y catorce mil caballos. Mejor podra V. E. saber si puede tener tanta gente ho no, por los avissos que de diferentes partes tendrá. Yo solo sé que hay mucha gente en francia. (Manual de cartas comunas originals de 1639 á 1640.—Arch. municipal. Barcelona.)

    Del porque del ataque [ref3450] nos cuenta:

    Le cardinal de Richelieu, piqué au vif de l’affront qu’il avoit reçu l’année dernière devant Fontarabie, vouloit en avoir sa revanche. Dans de dessin, il mit en campagne une armée de laquelle il fit le prince de Condé général, et le maréchal de Schomberg son lieutenant, pour faire quelque entreprise dans l’Espagne. Pour savoir de quel côté il attaqueroit, il sonda, par le comte de Grammont, s’il pourroit entreprendre dans la Navarre; mais voyant Pampelune et les autres villes de cette frontière trop bien garnies, il jeta les yeux sur le Roussillon.

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