Gran deliberacion del Consejo de Ciento para determinar que debia hacerse con motivo de la entrada de Felipe II.
Año: 1554
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Un marinero jura que Nuestra Señora de Montserrat le salvó los cojones
De uno librado de una fusta de moros y de otros peligros. Milagro 276. Simeon Creus vezino dela Ciudad de Barcelona a 3 de Hebrero mil y quinientos cincuenta y quatro, llego aesta sancta casa, y afirmo con juramento que partiendo de Barcelona para yr a Caliz en una Nave mediana, les acometio una fusta de moros de xxij bancos y haciendo los de la nave armas en su defensa, el dicho Simeon, encomendandose a nuestra Señora de Montserrate, como lo tenia por particular devocion: acaescio que dandole una pelota de un mosquete en un muslo, y passandole otra pelota de cañon por entre las piernas, de ninguna recibio daño, de lo qual dando infinitas gracias ala Reyna delos Angeles. Libre de aquel peligro, traxo la pelota a esta sancta casa.
Testigos fueron el padre fray Antonio Bernach y fray Pedro de Medina. -
Nuestra Señora de Montserrat resucita a un niño muerto
De un niño tenido por muerto, restituydo a vida. Milagro 277.
A Ocho de Hebrero del año mil y quinientos cinquenta y quatro, vino aesta sancta casa, Francesch Torrelles, con su muger de la parrochia de Sarria, enel obispado de Barcelona, y affirmaron con juramento, que un hijo suyo siendo de edad de un año, estando jugando encima dela cama, con un pedaço de caña que tenia en la mano, cayo y se le atravesso la caña por la boca y garganta passando dela una parte ala otra y por el dolor grande en tan tierna edad, murio, con gran lastima y tristeza de sus padres, culpando su negligencia, y que por tan desastrado caso huviessen perdido su hijo y confiados dela poderosa mano del Señor con muchas lagrimas y oraciones invocando la intercession y favor de nuestra Señora de Montserrate, rescibieron luego vivo al que lloravan ya muerto, convertiendo su tristeza en doblado plazer. Testigos fueron fray Pedro dela Rea, y fray Pedro Lopez donados desta sancta casa.