Año: 1939

  • Antonio Machado deja Barcelona para la frontera

    Ante el avance de los nacionalistas, en marzo [de 1938] se traslada a Barcelona. Machado se instala provisionalmente en el hotel Majestic y, a los pocos días, se aloja en la torre Castañer (en el paseo de San Gervasio). Prosigue sus colaboraciones en Hora de España … y comienza su serie de artículos en La Vanguardia con el título «Desde la mirador de la guerra»…

    El día 22 de enero [de 1939] marcha con su familia y junto a otros intelectuales en dirección a la frontera de Francia, adonde llegan tras duras penalidades el día 27. La frontera es un éxodo. Antonio Machado, enfermo, tiene 64 años; su madre Ana Ruiz que le acompaña, 88. El paso de la frontera es a pie y bajo la lluvia que cae en este fatídico día, junto a una multitud de gente… El día 29 de enero, Machado, su madre y su inseparable hermano José llegan a Collioure, instalándose en el hotel Bougnol-Quintana (Machado declina diversos ofrecimientos de asilo, entre ellos el de trasladarse a la URSS). En febrero, Machado cae enfermo, agravándose el día 18. El día 22 de este mes, muere…; tres días después moría también su madre. Ambos fueron enterrados en el cementerio del pueblecito de Collioure.

  • André Malraux, los nacionales, y los persas de Esquilo

    «Els perses!», va exclamar en francès André Malraux des de Montjuïc en veure els focs de les avançades de Franco, poc abans de l’ocupació. Malraux es trobava a Barcelona des de juliol del 1938, on rodava als estudis Orfea algunes escenes de Sierra de Teruel, basada en la seva obra L’espoir, i va haver d’interrompre la filmació el 24 de gener a causa de l’arribada imminent de les tropes franquistes, i marxar a França, a Joinville, on hi havia uns estudis cinematogràfics, a acabar la pel·licula. L’exclamació, recollida per Max Aub en el seu llibre sobre la pel·licula, en què també va participar, és explicada d’aquesta manera per l’escriptor: «[Malraux] recordaba la representación famosa de la tragedia de Esquilo en la que, según la leyenda, el actor que encarnaba Jerjes cayó atravesado por una flecha enemiga al denunciar la llegada de sus adversarios».

    Però no tots els barcelonins veien arribar els perses ni veien propera la destrucció de l’Acropolis. Els barcelonins que es van quedar van rebre els ocupants amb sentiments molt diversos, segons les seves simpaties polítiques.

  • Antonio Mingote toma Barcelona a solas, pero su mamá se encuentra en Sitges

    Era un teniente que en la noche anterior había dicho a su jefe que necesitaba llegar a la ciudad que se divisaba a los pies del Tibadabo donde se encontraba su regimiento. ¿Por qué? Pues porque allí estaba su madre y quería verla después de tres años de ausencia por la guerra. El comandante le contestó que estaba loco, que el avance no estaba previsto hasta el día siguiente y que él no podía darle un permiso de aquel tipo. El teniente insistió y finalmente su jefe le dijo lo habitual en esos casos: Que no había oído nada y que sólo se olvidaría de preguntar por él al llegar la noche.

    Y el oficial bajó a pie por la Bonanova y toda la calle de Muntaner en compañía de su asistente que se empeñó en acompañarlo; las pocas personas que encontraba le miraban extrañadas por las dos estrellas en el pecho y gorro pero no podían concebir que fuera «de verdad». Llegó a la casa donde esperaba encontrar a su madre y los vecinos le dijeron que estaba bien pero que se había ido a Sitges un par de semanas antes…

    Dado que aquella población estaba ya en zona «liberada» según la jerga del tiempo, el teniente emprendió el camino de vuelta y llegó felizmente a su posición con el suspiro de alivio del capitán. Al día siguiente entró, esta vez, oficalmente y con música y banderas desplegadas en Barcelona.

  • Ricardo del Río: la escenificación de la victoria

    La mañana del día 26 como presagiando lo que poco después del mediodía había de producirse. Pocas personas en las calles. Gestos tristes en los que habían visto cómo sus familiares habían abandonado Barcelona para no se sabía cuánto tiempo y otros con semblante alegre, ya que ansiaban el final que se avecinaba para dar rienda suelta a su alegría.

    Un breve cañoneo a las diez de la mañana cayendo los proyectiles en la Plaza de España, altos de Montjuich y algunas calles de la barriada de Sans y más tarde se realiza el asalto al famoso monte vigía del puerto de Barcelona. Defendiéndole unos cuantos soldados de Infantería que en cuanto vieron aparecer la primeras fuerzas enemigas arrojaban sus armas. No fueron hechos prisioneros, sino que desembarazdos del arma que les habían dado en el Ejército republicano, les fue entregado un fusil del Ejército nacionalista y colocados en vanguardia. Esta operación se realizó simultáneamente en Vallvidrera y Tibidabo, deteniéndose un momento el avance para sacar a los presos que había en el famoso castillo y en la prisión establecida en lo que había sido Pueblo Español de la Exposición de Barcelona, entre los que se encontraba el Teniente Coronel Domingo Rey d’Harcourt encargado de la defensa de Teruel cuando fue tomado por la República y que todavía no había sido juzgado.

    A la una de la tarde acuerdan realizar la entrada de la ciudad catalana, y dos columnas, una que baja de Montjuich hacia la Plaza España, siguiendo la calle de Cortes a las Ramblas y otras que descendiendo del Tibidabo toma la calle de Muntaner hasta la Diagonal, siguiendo esta Avenida hasta el Paseo de Gracia. No entraron fuerzas extranjeras. Estas se quedaron en retaguardia. Soldados navarros, que habían llevado el peso de las operaciones, unidades gallegas y algunas banderas del Tercio, fueron los primeros en cruzar las calles vacías de Barcelona. Más tarde llegaron moros y los generales Yagüe y Eliseo Álvarez Arenas, y después el General Jefe del Ejército del Norte.

    No quisieron evitar la salida de Barcelona de cuantos quisieran marcharse. Si hubieran deseado lo contrario, retrasan unas horas la entrada, desciende[n] por la ladera izquierda del Tibidabo y dirigiéndose al la carretera de Granollers hubieran cortado toda salida de Barcelona. De la forma en que se llevó a cabo fue posible que numerosas personas que no habían creído, llevadas de un optimismo ignorante, en la segura y próxima caída de la capital catalana, evacuasen la ciudad. Asíe se presenciaron espectáculos dignos de relatar en los que unos a otros y mientras en rápida carrera se dirigían a la carretera de salida, se fuesen avisando con estas voces: ¡Los facciosos están esquina la calle de Aribau! ¡Ya bajan por el Paseo de Gracia! Todo esto fue presenciado por muchos de los que habían salido de Barcelona hacía 48 horas y que habían podido regresar por la razón antedicha a realizar alguna función de su empleo o a recoger a algún familiar. Se supo de este modo rápidamente hasta el menor detalle de la toma de Barcelona.

    Un detalle de la ignorancia en que se encontraron los ciudadanos de Barcelona del momento culminante de la entrada de los soldados de Franco, debido a la casi nula lucha, es que las emisoras de Barcelona seguían funcionando con el personal antiguo y cumpliendo su programa normal como si continuase el Gobierno de la República, haciéndose cargo dos horas después de estar la ciudad en su poder de las emisoras un Teniente de Transmisiones, cuando el «speaker» de Radio Barcelona continuaba su labor como si nada hubiese ocurrido.

    Pasados los primeros momentos los elementos facciosos de la ciudad hicieron aparición y se hizo salir a la gente a la calle para que se animase el espectáculo de la Conquista de Barcelona. Más tarde un discurso del General Álvarez Arenas y unas órdenes del General Dávila fueron el botón final a las primeras fases de la entrada en Barcelona. Todo este relato se ajusta en un todo a la realida, ya que de la mayor parte de lo relatado fue testigo el que esto escribe y otros detalles han sido contados por personas de absoluta seriedad que tuvieron ocasión de presenciarlos.

  • Dionisio Ridruejo: alivio y alegría al entrar los nacionales

    El día 26 las tropas estaban sobre Pedralbes sin otro obstáculo que unos puestos de ametralladoras rápidamente desmontados. Pero se esperó a que estuvieran limpias las alturas del Tibidabo y de Montjuic para hacer la penetración. Cuando volvimos por la tarde ya estaba hecha. Como la ciudad estaba medio a oscuras decidimos dor­mir aún en Sitges. Al otro día, de mañana, bajamos por el paseo de Gracia a la plaza de Cataluña y a las Ramblas. Había un gentío enorme y efusivo, en el que predomi­naban las mujeres, algunas de las cuales casi se nos metían por las ventanillas de los coches. Era sensible que para una buena parte de la población la guerra había sido una larga pesadilla y aquel final casi incruento y quizá inesperado representaba una fiesta. No toda la ciudad estaría en el mismo talante, pero el espectáculo que ofrecían los barrios céntricos impresionó mucho a los primeros jefes militares que, sobre la marcha, pudieron utilizar la radio. El primero de ellos fue, si no me equivoco, Juan Bautista Sánchez, que pertenecía a la columna Solchaga y era un soldado ingenuo que años más tarde —es coincidencia— moriría ejerciendo, con dignidad muy libe­ral y austera, el mando supremo de la Región militar catalana. Tengo ante la vista el texto de su arenga:

    «Os diré en primer lugar a los barceloneses, a los catalanes, que os agradezco con toda el alma el recibimiento entusiasta que habéis hecho a nuestras fuerzas. También digo al resto de los españoles que era un gran error eso de que Cataluña era separa­tista, de que Cataluña era antiespañola…».

    No había recriminaciones ni amenazas y parecía un buen comienzo. Pero… (So­bre los peros y otras cosas versará la segunda parte de este episodio.)

  • Pla publica su «lección terrible»

    De San Sebastián a Barcelona

    ¡Catalanes! ¡No olvidemos la lección terrible!

    Durante estos últimos meses, hemos tenido el honor de vivir en la España del General Franco, no a consecuencia de alguna determinación personal de tipo perfectamente voluntario y caprichoso, sino porque la banda criminal que ha gobernado Cataluña estos últimos treinta meses nos privó violentamente del derecho —como a tantos otros catalanes— de vivir en este país, que es el nuestro. Hemos tenido asimismo el alto honor de llegar a Barcelona inmediatamente después de la entrada en ella de las gloriosas tropas nacionales. Hemos podido gozar, pues, de una visión directa del estado en que ha dejado a nuestra querida ciudad la locura desatada que como un huracán de destrucción ha pasado sobre ella.

    Los catalanes tenemos fama de personas de buen sentido, equilibradas, ecuánimes, ponderadas. Tenemos en nuestra lengua vernácula una palabra que llamamos el «seny», que sintetiza, hasta donde es posible, la psicología de nuestro pueblo y que significa en definitiva, una tendencia a preferir las cosas concretas y positivas frente a las cosas nebulosas y vagas, un sentido de la medida, una capacidad para situarnos en la zona de la vida humana y un irreductible horror por todo lo que es cósmico, excesivo y desorbitado.

    Desde el punto de vista de la psicología catalana, lo que ha pasado en Cataluña es incomprensible. La visión de la Barcelona de hoy nos ha producido espanto. ¿Cómo es posible que un pueblo como este, haya podido hacer una horrorosa guerra civil —¡civil!—, se haya arruinado, haya pasado por innumerables vejaciones, por dolores indescriptibles, por sufrimientos profundos, por los tormentos más refinados de la abyección comunista en nombre de la clase política más vil, más perversa, más inmoral que recuerda quizá la Historia? ¿Cómo es posible que un pueblo tan plácido, tan conservador, de tan buena compañía, de tantas virtudes, haya obedecido durante dos años y medio a la caterva màs cobarde, màs enemiga del género humano que ha podido caer sobre un país civilizado?

    Nosotros creemos que el pueblo catalán está hov muy curado de criminales ilusiones, de pedanterías insoportables, de personajes que se llamaban honorables y han resultado unos simples criminales, de humanitarismos fáciles que chorrean sangre, de fantasías aparentemente inocuas y de efectos catastróficos, imponentes, mortales. El pueblo catalàn se encuentra hoy depauperado, escuàlido y arruinado. Tiene ante sí la labor inmensa de rehacerse a sí mismo, de elevar su tono, para rehacer y elevar el tono de España. Ha de emprender esta labor con el mayor entusiasmo, porque el motor de la memoria de lo que ha sufrido y de las vejaciones de que ha sido objeto, le infundirán fuerzas y entusiasmos redoblados. El pueblo catalàn ha de jurarse a sí mismo no olvidar jamás los nombres de sus falsos pastores, los efectos de las doctrinas que se le han infundido y le han resquebrajado, los tremendos sufrimientos morales y materiales que con sádica perversidad se han proyectado sobre este pueblo noble y desgraciado.

    X. X.

  • Falta de confianza en los mercados después de la toma de Barcelona

    The stockmarket fell last week three days before Barcelona. Stock prices had been weak since the first of the year and when last week’s break came they were already back at what Dow theorists call «resistance levels» (146 for Dow-Jones industrial averages, 28.8 for railroads) set by the previous reaction in November and December. Both industrial and railroad averages plummeted through these levels on heavy trading volume.

    With most of Europe convinced that the fall of Barcelona was not the end of the trouble but perhaps the real beginning, war-scare was doubtless primarily to blame for the break. Brokers reported heavy liquidation from abroad. Acute weakness in foreign dollar issues led bond prices down. The Dutch guilder was weak. And, as always when Europe has the jitters, the heavy flow of gold to the U. S. quickened. In one day last week London arranged to ship £14,000,000.

  • Pla publica su «retorno sentimental de un catalán»

    Retorno sentimental de un catalán a Gerona

    Un simpático matrimonio, en misión de «Auxilio Social, ha tenido la amabilidad de devolver, por unas horas, a un catalán a su país, y así me ha sido posible llegar a mi Ampurdán nativo, pocas horas después de ser liberado por las tropas del Generalísimo Franco.

    Al salir de Barcelona, por la carretera del litoral, y atravesar, en una mañana de sol mediterráneo, tibio y rutilante, los pueblos de la costa de levante, uno queda sorprendido de la tranquilidad y de la paz que respiran. Estos pueblos no parecen haber conocido la guerra para nada. Están intactos. Hay, desde luego, una diferencia fundamental entre los pueblos industriales -donde la gente lleva en la cara las huellas del sufrimiento y el hambre- y los pueblos agrícolas, donde la desconfianza natural de los payeses frente a las utopías social-comunistas, les ha permitido con toda clase de arbitrismos perfectamente ilegales por lo que se refiere al gobierno de Negrín, pero absolutamente justos y lícitos, comer más o menos y ayudar indirectamente al triunfo de las armas nacionales. Negrín no ha podido con el individualismo magnífico de nuestros payeses. Frente a ellos murió la inflación y ellos destrozaron la moneda roja por negarse a aceptar los montones de papel, que con tanta prodigalidad eran ofrecidos. La tradición del Derecho romano, que se mantiene tan viva en el campo de Cataluña, con las variantes que lo perfeccionan, del derecho privado catalán, han sido un valladar absoluto a las locuras anarco-comunistas. Estos payeses, que son la tradición eterna de este país, han realizado una labor magnífica.

    Estos pueblos de La Maresma, pues, están magníficos, pero en este momento sufren de incomunicación. Tiramos, desde el coche que pasa velozmente por las poblaciones, unos ejemplares de LA VANGUARDIA ESPAÑOLA en Montgat, en Mataró, en Arenys de Mar, en Canet, en Pineda, en Malgrat y observamos la lucha que se produce entre la gente de las calles para apoderarse de un número del periódico. La pobre gente -que tuvo una radio escondida en el desván y ahora la ha sacado con la petulancia natural de la persona que ha llegado finalmente a una zona de seguridad- se encuentra hoy con la imposibilidad de tener información, por falta de lluz y de fuerza. Están pidiendo noticias. Ya las tendrán. En cuestión de días, quizá de horas. Todo va restableciéndose.

    En todo caso hemos de decir que de todo lo que conocemos de la Cataluña liberada, esta parte de La Maresma nos ha parecido la más feliz, la vida más tranquila y sosegada, la que ha recobrado con más rapidez el ritmo de la normalización.

    […]

    Al anochecer regresamos a Barcelona por la general de Madrid. Camiones a cada paso. Puentes volados, más o menos restablecidos. En la carretera, los faros de los coches hacen unos juegos estupendos. La carretera está llena de vida. A su alrededor el campo entra en una paz y en un silencio indiferentes.

  • Decreto creando la Comisión de la Armada para el salvamento de buques…

    …cuya misión principal será la de intervenir en todos los salvamentos por desguace de buques siniestrados en nuestros puertos y costas.

  • Una «operación policial» sustituye a la guerra civil

    Early this week Loyalist resistance in northern Catalonia collapsed, and in a swift advance northward from Gerona the Rebel Armies of Generalissimo Francisco Franco occupied Figueras, for eleven days the fourth capital of Loyalist Spain. As last as their transport could keep up with them, they bore down on the frontier towns of Port-Bou, La Junquera and Puigcerda. It was only a matter of hours before the Generalissimo would wipe out the only remaining Loyalist territory in northern Spain and be master of the Spanish side of the French-Spanish frontier from the Bay of Biscay to the Mediterranean. A Republican official told correspondents the Rebels’ offensive was no longer a military operation, it was «a police job.»

  • La Vanguardia Española cita doctrina joseantoniona para explicar que la guerra no ha sido contra el catalanismo cultural, sino contra el separatismo

    Cataluña es un pueblo impregnado de un sentimiento poético, no sólo en sus manifestaciones típicamente artísticas, como son las canciones antiguas y como es la liturgia de las sardanas, sino aun en su vida burguesa más vulgar, hasta en la vida hereditaria de esas familias barcelonesas que transmiten de padres a hijos las pequeñas tiendas de las calles antiguas, en los alrededores de la Plaza Real: no sólo viven con un sentido poético esas familias, sino que lo perciben conscientemente y van perpetuando una tradición de poesía gremial, familiar, burguesa, maravillosamente fina.

    […]

    Fórmula feliz y acertadísima, hallada por José Antonio, esa de la unidad de España como unidad, de destino. «Aquí —dijo— no concebimos, cicateramente a España como entidad física, como conjunto de atributos nativos (tierra, lengua y raza) en pugna vidriosa con cada hecho nativo local. Aquí no nos burlamos de la bella lengua catalana ni ofendemos con sospechas de mira mercantil los movimientos sentimentales -—equivocados gravísimamente, pero sentimentales-— de Cataluña. Lo que sostenemos aquí es que nada de eso puede justificar un nacionalismo, porque la nación no es una entidad física, mdiviaualizada por sus accidentes orográficos, étnicos o lingüísticos, sino una entidad histórica diferenciada de las demás en lo universal por una propia unidad de destino».

    […]

    Fernando Valls Taberner

  • Barcelona ha quedado cutre

    27 de març [1939]

    COM ES VIU AVUI A BARCELONA

    Segueixo parlant amb persones que tornen de Barcelona. Totes hi anaren amb il·lusió delirant; totes en tornen amb decepció profunda.

    Les destruccions materials no són tan grans com es temien; la situació econòmica, encara que dolenta, és en moltíssims casos millor del que es podia esperar. El que hi ha més greu és el fondíssim estrall que els dos anys i mig de dominació roja han fet en els habitants de Barcelona.

    D’antuvi, l’estrall material, el més aparent, el que impressiona els barcelonins que han viscut l’horrible tragèdia lluny de Barcelona: una terrible depauperació física els dóna l’aparença d’espectres; el seu abillament miserable els fa semblar captaires.

    Però l’estrall moral és molt major i més fondo que l’estrall físic: amb dos anys i mig de viure sota un règim proletari han pres ànima de proletaris. En tenen les idees, els costums, el llenguatge. El règim roig s’és acabat… però els barcelonins seguiexen vivint i pensant com si encara durés. Pesa més damunt d’ells la influència anivelladora i embrutidora dels dos anys i mig darrers que el record dels temps anteriors al fatídic juliol de 1936. Els xoca sentir com pensen i parlen els que han estat fora…, que parlen i pensen com abans ho feien ells.

    Els xoca vivament tota manifestació d’elegància, per modesta que sigui: un barret de senyora…, un bon abric d’home. no senten cap desig de reviure les comoditats, els refinaments i el luxe d’abans: estan resignats i s’hi troben bé a viure com sota el període del terror roig.

    És com si dos anys i mig haguessin pogut destruir tot el que l’acció de molts segles havia anat deixant sobre els habitants de Barcelona.

    I si no es recobra el desig de millorar el nivell de vida, un desig de refinament, de luxe, de diferenciació, la represa de la ciutat serà lenta, molt lenta.

  • Domingo de Ramos, 1939

    Palm Sunday brings peace to Old Spain

    In Barcelona, thousands knelt before the altar in Plaza de [Cataluña]… Throughout Spain, and particularly in the cities along the Mediterranean coat, joyous crowds strolled in the plazas and along the boulevards after church services.

  • Fin de la guerra civil

    SPANISH WAR

    Conflict Has Ended

    BARCELONA, Sunday.

    The Newspaper «Vanguardia,» publishes in two inch letters the final war communique «National troops attained final. military objectives. War – terminated, Franco.»

    Franco acknowledged congratulations of the Pope, Hitler and the President of San Salvador.

  • Ejecutado José Aranguren, general de la Guardia Civil fiel a la Segunda República, e inspiración de Malraux

    Died. José Aranguren, onetime Republican Commander of Barcelona’s Civil Guard, the brave Colonel Ximenes of André Malraux’ novel, Man’s Hope; before one of Franco’s firing squads; in Barcelona.

  • Proceso de Alphonse Laurencic, interiorista de cabarets y chekas espantosamente vanguardistas

    Yugoslav faces death sentence for thirteenth time in Spain. Accused of torturing Nationalist prisoners during war. Decorated weird cells which drove inmates to insanity.

    Barcelona, June 13 (AP) A Yugoslav architect, 12 times sentenced to death by Spanish Republicans, faced possible execution by strangulation tonight by Nationalists who charged he built and decorated weird cells in which prisoners were tortured to blindness and insanity.

    The military prosecutor concluded the trial of Alfonso Laurent Cik, 33, in a crowded court room of the Palace of Justice with a demand for his death by garroting. The court withheld sentence pending approval from Burgos, General Franco’s capital.

    The prosecutor declared it had been conclusively proven Cik directed the construction of little [odd?]-shaped concrete cells four feet high and «decorated» them with diagonal yellow lines, red-white-blue-yellow spots and black and white cubes in such a way that the figures changed shape before the stares of prisoners dazed by high-powered rays from multi-colored lamps.

    «Never in the history of Spain has there ever been such refined devices of the most horrible tortures,» declared Colonel Jose Ungria, chief of the Nationalist secret services, who estimated that at least 2,000 had been held in such cells in a few months before Barcelona was captured.

    The prisoners were stripped of their clothing and flogged, and steel rings were placed in their eyes to keep them open, Nationalist witnesses said.

    Others told of raised cement blocks placed in cell floors so the prisoners could not walk about, and of cement chairs and beds built at a slant so the prisoners could not sit or lie down with comfort.

    There was one cell built like a drum, it was declared, so that prisoners’ steps echoed as they were forced to walk in circles for hours.

    In an impassioned 90-minute plea for his life, Cik declared, «I am innocent. I ask only justice.»

    «I had no participation whatsoever in the construction of the torture cells,» he told the tribunal.

    The defendant testified that he came to Spain in 1933 [?] from America and sought work as an architect in Barcelona cabarets. He later became a lieutenant in the Spanish Republican army.

    While serving as an agent of the counter-espionage service of General Franco, he related, he was arrested by the Republicans in May of 1937, was sent to a concentration camp and sentenced to death.
    He escaped, however, and then joined the Syndicalists.

    Altogether, Cik testified, he was sentenced to death on 12 occasions under the Republican regime.

    The Syndicalists then forced him to paint the fantastic designs upon the walls of the little concrete cells which the prosecution charges caused many Nationalist prisoners, tortured to extract military information, to go blind and insane.

    The architect’s attorney asked that the court give him a 30-year sentence on the ground that his client «only aided a rebellion.»

    Cik said he was arrested by the Republicans before he could carry out a plan to «blow up» Republican Checa (secret police) headquarters.

    He had built a subterranean mine and placed 300 pounds of dynamite in it, intending to ignite the explosive under cover of one of the aerial bombardments of Barcelona, he claimed.

  • Los líderes republicanos escapan del hambre, los campos, las ejecuciones

    SPAIN: Outside, Inside

    When Miguel Primo de Rivera was dictator of Spain from 1923 to 1930 many Spanish Leftist leaders cooperated with the dictatorship even though they fundamentally opposed it. Last week those opposed to Generalissimo Francisco Franco’s regime felt safest outside the country.

    Former Republican Premier Dr. Juan Negrin, Foreign Minister Julio Alvarez del Vayo, onetime Defense Minister Indalecio Prieto, General Jose Miaja and a whole host of lesser fry were in Mexico arranging for transfers of refugees. Communist Deputy Dolores Ibarruri («La Pasionaria») and Colonel Juan Modesto were in the Soviet Union. Famed Colonel Enrique Lister, onetime stonemason, leader of Madrid’s famed Communist Fifth Regiment, was thought to be in hiding in France; openly there were President Manuel Azana, onetime Premier Jose Giral, General Vicente Rojo, onetime Premier Francisco Largo Caballero, Catalonian President Luis Companys, Basque President Jose Antonio de Aguirre.

    Whittling
    Also in France still were 350,000 ordinary Spanish refugees encamped en the beaches in southern France. About 90,000 of the original 500,000 refugees who crossed over the border last February have returned to Spain, and last week about 400 daily were going back to their homes. Some 9,000 former soldiers of the Spanish Republican Army have joined the French Foreign Legion and have been sent to Morocco; aviators, antiaircraft gunners, mechanics, technicians and chauffeurs are being taken into French military organizations. French arms factories have been examining daily about 250 Spanish munitions workers, and giving employment to an average of 75. Two shiploads of 1,000 refugees apiece have gone from France to Mexico, and a third ship carrying several thousand is scheduled to leave this week. Mexico expects to take about 20,000 Spanish refugees this summer. The Basques have also chartered a ship to take their refugees to Mexico, Colombia and Chile.

    Little by little the number of refugees was being whittled down, but not fast enough to suit the French Government, which last week announced that it had spent $20,000,000 so far on the care and feeding of the Spanish refugees. In that expense lies, incidentally, the reason why France has been reluctant to return to Generalissimo Franco the $200,000,000 in gold which the former Republican Government left in French banks. The French have let it be known that they expect the Spanish refugee problem to be solved by September in one way or another.

    Justice
    While France made every effort to persuade the former Loyalists to go back home, much of the news that filtered through the tightly censored French-Spanish frontier was not calculated to encourage mass reentry. Eighteen permanent tribunals were said to be working in Madrid trying Loyalists; there were said to be 500 arrests in Barcelona and Madrid daily; 2,000 awaited trials in Madrid alone; 688 have been executed; 20,000 were in a concentration camp near Alicante. Although there were accusations still outstanding against 1,000,000 persons in former Loyalist territory, the police appealed to the public for more denunciations of those guilty of crimes against Rightists. It was calculated it would take another year before the dockets were cleared and Spain could do without her military tribunals.

    Relief
    A greater tale of woe was brought back from Spain to the U. S. last week by Alfred Cope, regional director in southeastern Spain of the American Friends Service Committee, the Quaker relief organization. Mr. Cope believed that some 500,000 Loyalist supporters were in concentration camps; he thought that at least 70,000 Italian troops remained in Spain, despite stories of withdrawals; he told one story of 20,000 Loyalist troops imprisoned in a bullring in Ciudad Real for 20 days with little food and not much water.

    More serious and more detailed were Mr. Cope’s charges that the Franco regime had seized six or seven shiploads of food that the Quakers sent to Spain for 100,000 half-starved children. As far as he could find out, the food went to the Army. In Murcia, he said, he turned over to the Spanish Social Auxiliary, the official Spanish relief organization, enough food to last the 1,000 children they were feeding there a month and three days. It was all gone in ten days.

    «While the food lasted, moreover, the official orders in the clinic were that the children had to sing the Franco Nationalist songs before they were fed,» said Mr. Cope. «We never asked them to sing Loyalist songs when the Loyalists held that territory, and we do not now like to ask them to sing Nationalist songs in thanksgiving for our food.»

    Upshot of the difficulties in Spain, Mr. Cope announced, was that the Quakers were pulling out. «It would simply be dishonest to continue in Spain to spend the money being collected abroad for this children’s relief,» he said. «Franco has assured us he would like to have us continue the work until we are ready to retire, but it is evident that he wants the food, not us. There is no way of being sure where the food is likely to go.»

    Oath
    Meanwhile, in Burgos, Generalissimo Franco moved to set up a «corporate state» on the model of Fascist Italy. A $70,000,000 subsidy was set aside to build up a merchant fleet to «display New Spain’s prestige in America and the Far East.» Curtailment of imports of gasoline, motor cars, machinery, motion picture films was announced. Syndical labor laws were ordered written, with labor unions being organized on the approved Fascist model. Strikes will be outlawed, the unions will be controlled by the Government. New contracts will be written for tenant farming, and the Spanish Phalanx’s program for redistribution of some large estates will be carried out.

    That the state will be a strictly authoritarian one could not be doubted after the oath which was sprung last week on the members of the Grand Council of the Falange Espanola Tradicionalista, the new Fascist substitute for Parliament. Raimundo Fernandez Cuesta, secretary general of Spain’s only party, demanded «blind obedience» to Generalissimo Franco, ended by proposing an oath: «We proclaim our inflexible will to obey unconditionally the orders of our Caudillo. As proof of that sacred promise, let the Councillors of the Falange swear with me before God always to obey the Caudillo and those who receive from him the power of commandment.» The Councillors swore.

  • A un año de los bombardeos de marzo de 1938, llega el ministro de Asuntos Exteriores italiano para homenajear a los legionarios italianos

    Descrizione sequenze:l’arrivo della nave ammiraglia Eugenio di Savoia e gli altri incrociatori sulla costa catalana, la cittadina pavesata a festa, la statua in onore di Cristoforo Colombo, Ciano viene accolto dai ministri Jordana e Serrano Suner, Ciano indossa il gran collare di Isabella la Cattolica conferitogli da Franco, Ciano viene accolto, una volta sbarcato, dall’ambasciatore italiano, dal comandante del corpo d’armata e dal comandante delle truppe volontarie, una folla gremisce il molo per salutare il rappresentante italiano, Ciano e le autorità spagnole seguono la sfilata di reparti d’onore, tra cui le camicie nere, per l’occasione un arco con una grande scritta che inneggia al Duce e al Caudillo, Ciano e i ministri spagnoli salgono su di un’auto scoperta che li porterà verso il centro della città, marinai e camicie nere formano un cordone di sicurezza intorno all’auto, la folla è disseminata ovunque, anche dalle finestre e dai balconi le acclamazioni per Ciano, la gente regala fiori a Ciano, il palazzo del Grand Hotel Oriente, l’edificio sede del partito falangista con la bandiera italiana e quella nazista, Ciano si affaccia al balcone per salutare, i falangisti sfilano dinanzi al palazzo, al balcone è esposto un arazzo, giovani falangisti sfilano cantando Giovinezza, giovani falangisti armati di fucili e baionette, le donne falangiste con vessilli e bandiere,

  • Cena eufórica en el Palacio Nacional y el Pueblo Español

    Una eufòria semblant, igualment violenta, vaig viure-la a Barcelona, a l’estiu del 1939, en un dinar que va fer-se al Palau Nacional de Montjuïc en honor dels ex-combatents. Certament, jo formava part de l’excèrcit vencedor, però no sé ben bé què hi feia. Era un gran dinar, amb més de 5.000 persones a taula. Vaig assistir a un acte que tenia totes les característiques de la bacanal romana, amb els ex-combatents pujats a taula, ballant, cantant, cridant i trencant plats, gots i ampolles. No sé qui pagava, però sospito que anava a compte de l’Ajuntament de Barcelona, a compte de Mateu. Va ser deplorable, és clar. Però comprensible: la incertesa de tres anys de guerra s’havia convertit finalment en un espectacle sota las columnates del gran saló oval del palau.

  • La Vanguardia: el Segundo Gobierno nacional de España

    El glorioso Caudillo que la Providencia ha deparado a España no tiene en su alta, inteligente e intensa labor un instante de reposo, y si su genio militar asombró al mundo con la rotunda victoria, merced a la que arrancó la Patria de torpes y criminales manos extranjeras, su perspicacia política, acoplando a cada problema la más justa1 y adecuada solución, revela también con meridiana claridad un tino y una seguridad tan extraordinarios, que abren, en venturosas perspectivas, los cauces por los que la nación ha de ir, sin obstáculo alguno apreciable, a desembocar derechamente en el Imperio que todos anhelamos.

    Y si cada día tiene su hora y cada hora su afán, llegó el momento en que se hacía preciso reorganizar la Administración Central del Estado para que, dentro de la paz que dichosamente gozamos como consecuencia de la rotunda Victoria, rinda aquélla la eficacia que exigen las necesidades de los tiempos modernos y demanda inexorablemente la Revolución Nacional Sindicalista en pleno y triunfal laborar. Por apremios de tiempo, muy a la ligera hemos saboreado la interesante y certera reforma, nuncio de un porvenir magnífico, y hemos de destacar con júbilo que en la medula de la misma advertimos una intervención personal y directa en el Gobierno, máximo rector del Estado, del propio glorioso Caudillo. Ello llenará de inmensa satisfacción a España entera, ya que, cuanto venga de su cerebro y de su corazón —cerebro para acertar y corazón para dedicar a la nación los amores más fervorosos— ha de servir mejor que nada al engrandecimiento de la Patria Una, Grande y Libre, que primero nos ofreció y luego nos dio, poniendo para ello a contribución, sin el paréntesis de un solo instante, todas las potencias de su alma generosa, firme directriz de una vida austera y ejemplar, desposada de continuo con el éxito, y no por embates de la fortuna, sino por merecimientos tan conocidos que nadie, ni la misma soez República, ni el propio y criminal Frente Popular, osó poner en duda.

    En este resurgir de España, cuando tras la guerra triunfal llegó la paz anhelada, era inexcusable y preciso acometer la reorganización de la Administración Central del Estado, en la forma y circunstancias que la Ley que a continuación publicamos, ha salido de las manos del insigne Jefe del Estado. Léase con detenimiento, medítese con serenidad, y todo español que así lo haga, dedicará a la nueva prueba del talento del Caudillo las sinceros elogios que merece. Pues si es verdad incuestionable que España debe a Franco la alcurnia internacional que su espada victoriosa le devolvió, no lo es menos que a la sazón, en la paz tan brillantemente por él conquistada, le debe el aureolar esplendente de un porvenir luminoso y feliz. Y porque así es. terminamos estos renglones diciendo: ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco! ¡Arriba España! ¡Viva España!